muralla chinaEl pasado mes de abril, el Director General del Departamento de Ciencia, Tecnología y Educación chino, Liao Xiyuan, reconocía que la biotecnología agraria y alimentaria ha sido incluida como objetivo prioritario en la agenda política del país. Y es que el Gobierno chino no quiere quedarse atrás en una carrera tecnológica en la que, de quedarse fuera, dependerían aún más de las importaciones para alimentar a su población.

En 2015, China importó 81,7 millones de toneladas de productos de soja, lo que representa el 87,8% de la demanda total en el país. Liao Xiyuan señaló que la mayoría de estos productos están modificados genéticamente ya que el 82% de las plantaciones mundiales de soja actuales son ya transgénicas.

En esta línea hizo hincapié en que China no puede permitirse el lujo de quedarse atrás en el desarrollo global de los organismos modificados genéticamente, por lo que el desarrollo biotecnológico es a día de hoy una prioridad gubernamental. China ha establecido un plan de futuro para el desarrollo de cultivos modificados genéticamente, situando como prioritarios el desarrollo de cultivos comerciales para usos industriales.

Actualmente China sólo permite el cultivo de algodón biotecnológico resistente a insectos y la papaya antiviral para fines comerciales. Eso sí, importan producciones transgénicas de soja, maíz, aceite, algodón y remolacha. La industrialización de los cultivos modificados genéticamente se centrará en los cultivos comerciales e industriales y el plan establecido va de 2016 a 2020, reforzando la I+D.

Aparte de mejorar el cultivo de algodón transgénico comercializado, China también planea impulsar el cultivo de maíz transgénico resistente a plagas en los próximos cinco años.

[FUENTE: Ministerio de Agricultura chino]

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