El peligro de extinción de una de cada cuatro especies del planeta pone en riesgo los medios de subsistencia o el suministro de alimentos. Además, todavía estamos muy lejos de comprender cómo funciona la vida en la Tierra para revertir esta pérdida de especies. Frente a esta situación, el consorcio paneuropeo Biodiversity Genomics Europe (BGE) pone en marcha un esfuerzo sin precedentes para comprender la biodiversidad, monitorear sus cambios y determinar cómo frenar su disminución mediante el uso de la ciencia genómica.

Este nuevo proyecto implica a 30 socios de 20 países europeos al conectar dos redes continentales de investigación: Bioscan Europe, enfocada en el análisis de códigos de barras de ADN; y el Atlas del Genoma de Referencia Europeo (ERGA, siglas en inglés), centrado en la secuenciación del genoma. Financiado con 21 millones de euros por el programa Horizonte Europa, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) recibirá 1,4 millones de euros destinados a identificar los genomas de referencia de 50 especies en España. A nivel europeo, los investigadores esperan determinar más de 500 genomas de referencia. El objetivo del consorcio es aplicar la ciencia genómica para comprender cómo funciona la vida en la Tierra y cómo salvar la biodiversidad de la crisis que vive en la actualidad.

En el primer caso, “actualmente calculamos que el 80% de las especies del mundo siguen pendientes de ser descubiertas y descritas formalmente, lo que dificulta la tarea de estimar la biodiversidad de la Tierra. Además, las interacciones dentro de cada especie, entre especies o de estas con su entorno, crean un complejo mapa que estamos lejos de comprender totalmente. En este contexto, la ciencia genómica es la mayor esperanza para cartografiar la biodiversidad del planeta y entender las relaciones de las especies con su entorno, para poder predecir cómo responden estas al cambio global”, explica Ana Riesgo, investigadora en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC).

En el segundo caso, la biodiversidad se enfrenta a la posible extinción de un cuarto de las especies del planeta. Para responder a esta pérdida sin precedentes, la genómica posee herramientas para comprender cómo responden las especies a las presiones ambientales y para revertir la extinción de las especies y la degradación de los ecosistemas.

Las herramientas con las que cuenta BGE para lograr sus objetivos son dos tecnologías: los códigos de barras del ADN y la secuenciación del genoma. La primera tecnología utiliza secuencias cortas de ADN para distinguir las diferentes especies con el objetivo potencial de crear un inventario de la vida en la Tierra que permita monitorear la conservación global.

La secuenciación del genoma determina el orden de los nucleótidos del ADN (componentes básicos del código genético) en el genoma de cualquier especie, lo que permite crear un mapa del código que corresponde a cada organismo. Esto proporciona una imagen completa del funcionamiento de los sistemas biológicos y, sobre todo, de cómo las especies responden y se adaptan a los cambios ambientales.

BIODIVERSITY GENOMICS EUROPE

Hasta 2026, BGE investigará en ciencia genómica para colaborar en la consecución de los objetivos de la Unión Europea para 2030 en relación al declive de los polinizadores, el deterioro de hábitats terrestres y el impacto de las especies alóctonas en la biodiversidad. Para ello, se nutrirá del trabajo de más de 200 organizaciones europeas a través de dos redes continentales: ERGA y Bioscan Europe.

  • ERGA busca promover y facilitar la secuenciación de toda la biodiversidad eucariota europea. Para ello, el consorcio creará una red colaborativa e interdisciplinar de científicos de toda Europa para identificar genomas de referencia de las diferentes especies, a través de la formación y transferencia de conocimientos. 
  • BIOSCAN persigue determinar las secuencias de códigos de barra de ADN de la biodiversidad global. Esto permitiría establecer una nueva herramienta para comprender la diversidad de las especies, sus interacciones y sus dinámicas.

El CSIC participa de este gran proyecto a través de centros e institutos como el Instituto de Biología Evolutiva (IBE, CSIC-UPF), el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), el Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA-CSIC), la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) y el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA, CSIC-UIB), entre otros.

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