Investigadores de la University of British Columbia (UBC) han modificado genéticamente árboles para conseguir una descomposición más fácil para la producción de papel y biocombustibles. Se ha usado la ingeniería genética para modificar la lignina, una parte sustancial de la pared celular de la mayoría de las plantas que es un impedimento para el procesamiento de pulpa, papel, y la producción de biocombustibles.
La eliminación de la lignina es un proceso que necesita cantidades significativas de productos químicos y de energía y provoca la creación de muchos residuos. El equipo de investigadores, dirigido por Shawn Mansfield, ha modificado la lignina para que sea más fácil de romper sin dañar al arbol ni la calidad de la materia prima.
Los trabajos previos para abordar este problema dieron lugar a árboles que se atrofiaban en el crecimiento o que eran altamente sensibles a fuerzas naturales como el viento, la nieve, las plagas o los patógenos. Este avance implica la utilización de menos productos químicos, menos energía, y la creación menos contaminantes del medio ambiente.
“Estamos diseñando los árboles para ser procesados con menos energía y menos productos químicos, y en última instancia la recuperación de más de hidratos de carbono de la madera que la que se recupera en la actualidad”, explica Mansfield.
FUENTE: University of British Columbia