Investigadores de la Universidad de Tel Aviv han desarrollado un método de edición genética para influir en diversos rasgos de las plantas de tomate, como el sabor y la forma del fruto. La tecnología puede aplicarse a una amplia variedad de especies de cultivo y utilizarse para cultivar variedades nuevas y mejoradas que contribuyan a la seguridad alimentaria.
Nuevas investigaciones están revolucionando la mejora de cultivos al superar las limitaciones de la edición genética tradicional. Si bien la variación genética es crucial para la mejora y CRISPR-Cas9 ofrece una edición genética precisa, su aplicación generalizada en cultivos ha enfrentado problemas de escalabilidad. Para abordar esto, un equipo de investigadores diseñó una enorme biblioteca de 15.804 ARN guía únicos (sgRNA), cada uno dirigido a múltiples genes dentro de las mismas familias. Este enfoque les permitió generar aproximadamente 1.300 líneas CRISPR independientes. A partir de estas líneas, identificaron con éxito mutantes con diversos rasgos deseables, incluidos los relacionados con el desarrollo del fruto, el sabor, la absorción de nutrientes y la respuesta a patógenos.
Los investigadores también desarrollaron CRISPR-GuideMap, un novedoso sistema de mapeo de ARNsg que utiliza un sistema de etiquetado de doble código de barras y secuenciación profunda. Esta plataforma integra la selección genética precisa con la secuenciación avanzada, optimizando la identificación de las funciones génicas y ampliando el alcance de la caracterización funcional de las bibliotecas CRISPR. Esta biblioteca CRISPR multiobjetivo, desarrollada inicialmente para Arabidopsis para abordar la redundancia genética mediante la edición simultánea de múltiples miembros de la familia génica, se ha adaptado con éxito al cultivo de tomate.
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Fuente: ISAAA



