richard-roberts-omgsEl pasado mes de junio, más de 100 Premios Nobel firmaron una carta conjunta contra Greenpeace por su oposición a los organismos modificados genéticamente. Ahora, uno de sus firmantes explica en una entrevista a EurActiv qué les llevó a realizar dicha acción. El inglés Richard Roberts es bioquímico y biólogo molecular, obtuvo el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1993, compartido con Phillip A. Sharp, por su trabajo sobre los intrones, fragmentos de ADN que no tiene nada que ver con la información genética.

“Comenzamos a recoger firmas en julio de 2015 tras haber hecho un primer contacto con un gran número de laureados abordando el tema de los OMGs (…) Hasta ahora hemos recibido una gran acogida entre los medios, pero ninguna desde los grupos verdes. Greeenpeace no ha contestado a la carta que les envié personalmente a finales de junio (de este año). La campaña continuará durante el tiempo necesario para que las personas se den cuenta de que están siendo engañadas en esta materia por los grupos ecologistas”, explica Richard Roberts.

La carta firmada por los Premos Nobel se pregunta cuántas personas pobres en el mundo tendrán que morir antes de considerar esto un “crimen contra la humanidad”. Según analiza Richard Roberts, “a muchas personas en países en vías de desarrollo se les niega deliberadamente la oportunidad de utilizar las técnicas agrícolas modernas pese a que éstas podrían elevar su calidad de vida”. Sólo la introducción del arroz dorado (a la que se niega Greenpeace) se podría luchar contra la carencia de Vitamina A que causa ceguera y la muerte de 2 millones de niños al año en las regiones más pobres del mundo.

Preguntado por los mitos que rodean a los OMGs, Richard Roberts responde que “las plantas transgénicas han demostrado ser como mínimo tan seguras como las plantas tradicionales, por lo que hablar de riesgos no tiene sentido.” En esta línea analiza la situación de estancamiento que vive la Unión Europea, achacando uno de los principales problemas a que el consumidor no es consciente de que esta tecnología tiene un beneficio directo para él. Además reconoce que la lucha contra los transgénicos es altamente rentable para Greenpeace en términos de recaudación de fondos y para ganar poder político.

“Es cierto que los políticos europeos apoyan gran cantidad de investigación científica, pero a menudo dejan de lado los resultados que para ellos son políticamente molestos. Esto hace que me pregunte porqué apoyan la ciencia si luego no quieren escuchar

Parece ser cierto que los políticos de la UE apoyan una gran cantidad de investigación científica y, sin embargo, a menudo no se presta atención a los resultados si son políticamente inoportunos. “Esto hace que me pregunte por qué apoyan tanto a la ciencia si luego no quieren escuchar los resultados”, resalta Richard Roberts.

[FUENTE: EurActiv]

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