El sida es una enfermedad que actualmente afecta a unos 33 millones de personas en todo el mundo. Cada día, cerca de 5.700 fallecen a causa de esta enfermedad y al menos otras 7.000 se infectan con el virus, la mayoría de ellas en países subdesarrollados o en vías de desarrollo.

Paul Christou es investigador en mejora genética en la Universidad de Lleida y uno de los científicos que ha creado un tipo de semilla de maíz modificado genéticamente que produce una molécula capaz de evitar el contagio del sida, y que sin duda revolucionaría el mundo de la medicina.
¿Cuál es el objetivo de las investigaciones que están llevando a cabo a partir de plantas transgénicas?

La línea específica de nuestra investigación en materia de biología molecular en plantas se basa principalmente en tres objetivos. En primer lugar, pretendemos movernos más allá de las pruebas experimentales, que se vienen utilizando hasta ahora en los laboratorios con plantas- modelo como el tabaco o la Arabidopsis, que tienen una utilidad limitada por varias razones que explicaré luego. Con esto queremos demostrar que la creación de productos farmacéuticos recombinantes desarrollados a partir de una planta extensamente cultivada como es el maíz, es más eficaz.
Además, por otro lado, queremos demostrar que los sistemas de producción basados en plantas tienen mayores ventajas que los sistemas de producción convencionales, en los que se utilizan microbios o células de mamíferos.
Por último, otro de nuestros objetivos es el de intentar generar el conocimiento, por otro lado firme y evidente, de que tales productos farmacéuticos son por lo menos, tan eficaces como los desarrollados por sistemas convencionales.

¿Cómo surgió esta línea de investigación?

La biología molecular en plantas es un campo de investigación joven que comenzó a desarrollarse hace unos 15-20 años. Desde 1992, nuestros laboratorios han trabajado de forma activa en esta materia, produciendo una gran diversidad de productos farmacéuticos a partir de maíz, arroz y otros cultivos que incorporan diferentes tipos de anticuerpos: unos que previenen la caries dental, otros para el uso en el diagnóstico de diferentes tipos de cáncer, y otros tipos de moléculas.
Sin embargo, creo que es importante dejar claro que nuestras actividades son posibles gracias a las ayudas que nos han concedido procedentes de diferentes fuentes como la Unión Europea, la Fundación Bill y Melinda Gates, el Ministerio de Educación y Ciencia (MEC) o la Generalitat de Cataluña.

¿Podría explicarnos como es posible que con esta semilla se puedan prevenir los anticuerpos que producen la transmisión del sida?

A partir de la creación de un maíz modificado genéticamente, hemos logrado producir un anticuerpo específico en la semilla del maíz, que vence y neutraliza una proteína importante del virus del VIH, que se produce en el momento en el que una persona sana se infecta.
Está previsto que el proyecto tenga un uso tópico de carácter profiláctico y se materializará en una crema u otra formulación simple producidas a partir de las semillas de maíz que contengan este anticuerpo específico contra el sida. La pomada se aplicaría antes de mantener relaciones sexuales, lo que esperanzadamente, bloquearía el virus y evitaría la infección de individuos sanos. 

¿Por qué han elegido el maíz transgénico?

En comparación con los medios que hasta el momento han sido la base para crear productos farmacéuticos recombinantes, como han sido los microbios o las células mamíferas, el maíz y las plantas en general aportan un número de ventajas importantes. En especial, el maíz aporta una serie de ventajas adicionales.

Sin duda, su uso es mucho mas seguro, ya que no contiene virus ni priones, que pueden resultar un riesgo muy dañino para los seres humanos. En comparación con otras cosechas de carácter no alimenticio, como el tabaco, que contiene alcaloides tóxicos, el maíz es extremadamente seguro. Recordemos que durante siglos ha sido uno de los cultivos alimenticios básicos y que cada día conocemos más sobre su seguridad.
Otro de los factores de mayor importancia es que adoptando un sistema de producción de plantas, los costes necesarios para su desarrollo se abaratan de forma significativa.
Sin duda, este factor es importante, ya que el objetivo de nuestros estudios son los países en vías de desarrollo, que no pueden permitirse los altos costes asociados a los productos farmacéuticos producidos usando métodos convencionales, por lo que queremos asegurarnos que este tipo de fármacos puedan estar al alcance de la gente que más lo necesita.

¿Podría explicarnos en líneas generales en que ha consistido el proceso genético y molecular para lograr este hallazgo?

Nuestro laboratorio es pionero desde hace años en métodos de transferencia genética, así se hemos logrado la introducción de genes que codifican características relevantes en las plantas cultivadas más importantes, y entre las que se incluyen el arroz y el maíz.
El proceso genético que hemos desarrollado es muy sofisticado, aunque conceptualmente hablando, es muy simple. Sin duda, el primer componente necesario e imprescindible para desarrollar este proceso, es contar con un gen disponible para poder desarrollar esta proteína. En nuestro caso, nos fue proporcionado por un colaborador de nuestro proyecto europeo de Pharma- Planta.
Después, fue necesaria la ayuda de otros colaboradores que nos proveyeron de promotores, que son por decirlo de alguna manera, los interruptores genéticos que controlan la producción de la proteína farmacéutica y que permiten su acumulación en forma de anticuerpo. En este caso, todo esto se produce en las semillas de las plantas del maíz, lo que proporciona una serie de ventajas. La semilla proporciona un ambiente protector, que facilita su almacenaje durante años en un lugar a temperatura ambiente, por lo que dejaría de ser necesario preocuparse de la refrigeración y de la preservación de los anticuerpos sensibles producidos a partir de la planta.

Con otras sustancias como el tabaco, este proceso no es posible, ya que para la producción de fármacos recombinantes, sus hojas necesitan ser procesadas inmediatamente después de la cosecha o congelarlas hasta el proceso para preservar su integridad. Además, el tabaco contiene compuestos tóxicos como la nicotina, que necesitan ser eliminados del producto final, lo que agrega costes significativos al proceso.
Después de la introducción del gen en las células del maíz, regeneramos las plantas enteras, para posteriormente usarlas para producir el anticuerpo en las semillas a grandes niveles.

¿Cuáles serían los principales beneficios de este tipo de productos?

Los objetivos de este proyecto son filantrópicos, por lo que queremos desarrollar procesos eficaces y baratos para ponerlos a disposición de la gente más pobre, especialmente aquella que habita en países en vías de desarrollo. Si nuestro trabajo continúa tal y como esperamos, confiamos en la implicación de organizaciones internacionales de carácter filantrópico en países en vías de desarrollo y empresas locales, para el desarrollo y comercialización, tanto de este producto como de otros similares.

¿Cómo y cuándo se realizarán los ensayos clínicos?

Cuando el proyecto este totalmente terminado y mediante el proyecto europeo de Pharma- Planta, comenzaremos a realizar ensayos clínicos de fase uno en el hospital del St George de Londres en 2009.
Además, queremos desarrollar el resto de fases clínicas en los próximos tres o cuatro años, ya fuera del proyecto. Para ello, estamos esperando la colaboración de terceras partes, en países como Sudáfrica, donde desarrollaremos ensayos clínicos en los próximos tres o cuatro años.

¿Está garantizada la seguridad de estos productos?

Sin duda, esta es la razón por la cual llevaremos a cabo la fase de ensayos clínicos. Como el resto de productos farmacéuticos, la seguridad del producto necesita ser probada y es lo por lo que hemos diseñado los ensayos clínicos. No obstante, no tenemos ninguna razón para pensar que el anticuerpo específico para el VIH desarrollado a partir del maíz no será seguro.

¿Cual es el futuro de la biotecnología en la medicina y la agricultura?

En mi opinión, que creo que engloba la de muchos de mis compañeros, no es posible imaginar el progreso en medicina y agricultura sin la biotecnología. Al igual que para la sociedad es imposible el transporte sin coche o avión o las comunicaciones sin teléfono o e- mail, como luchar contra las infecciones bacterianas sin antibióticos.
La biotecnología desempeña un papel fundamental, dentro del cuidado de la salud y frente a una población global que cada día aumenta. Creo que sin ella, los problemas económicos y sociales, particularmente en los países en desarrollo, serán más devastadores de lo imaginado.

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