El maíz genéticamente modificado que se cultiva en 7 países de la UE, y cuyo cultivo está suspendido en Francia desde hace un año, no es peligroso para la salud, según un informe de la Agencia Francesa de Seguridad Sanitaria de los Alimentos (AFSSA) publicado el pasado 12 de febrero por “Le Figaro”.

El informe contradice otro en el que Francia se apoyó para prohibir el cultivo de este maíz, protegido frente a las plagas de taladros y desarrollado por la empresa Monsanto.

“La AFSSA considera que los elementos del informe Le Maho (…) no aportan ningún elemento novedoso que ponga en duda la seguridad sanitaria” del maíz transgénico MON 810, que es el que produce Monsanto, indica el texto hecho público por el diario.

El informe se ha “mantenido en secreto” -prosigue el rotativo- ya que data del pasado 23 de enero.

La Autoridad Europea de Seguridad de los Alimentos (EFSA) –institución científica europea que tiene la última palabra en cuestiones de seguridad para personas o para el medio ambiente- dijo en un informe publicado el pasado 31 de octubre que los datos esgrimidos por París sobre ese tipo de maíz no aportan una prueba científica que contradiga los informes de la propia EFSA, que cataloga el maíz como “sano para la salud humana, animal y sin peligro para el medio ambiente”.

La Unión Europea (UE) desacreditaba así la “precaución” francesa, que suspendió el cultivo del maíz transgénico hasta que se pudieran realizar estudios suplementarios para analizar sus eventuales riesgos para la salud.

Hace un año, Francia, representada por su ministro de Ecología, Jean-Louis Borloo, formalizaba una demanda de la cláusula de salvaguarda después de prohibir el cultivo de ese tipo de maíz.

Será el propio Borloo quien explique la posición del Gobierno francés el próximo 16 de febrero en Bruselas, ante la Comisión Europea.

El procedimiento que defiende París ante las instituciones europeas permite a un estado miembro prohibir en su territorio el cultivo de un producto transgénico aprobado por Bruselas, como en el caso del MON 810, siempre que la decisión esté sustentada por evidencias científicas.

Se da la circunstancia de que fue Francia el primer país de la UE que dio su aprobación al cultivo del maíz MON810 en la evaluación inicial que permitió la aprobación para el cultivo de esta modificación genética en la Unión Europea en mayo de 1998. Este tipo de modificación genética permite que el maíz se defienda frente a las plagas de taladros sin necesidad de aplicar insecticidas, y es comercializado en España por unas 10 empresas de semillas en múltiples variedades, que fueron cultivadas en más de 79.000 ha en 2008. El cultivo en España está sujeto a unos Planes de Seguimiento para verificar sus resultados, y de acuerdo con normas de coexistencia, trazabilidad y etiquetado difundidas por las empresas de semillas, para que tanto los agricultores como los consumidores puedan elegir.

En declaraciones a EfeAgro, el director de Biotecnología de Monsanto para España y Portugal, Carlos Vicente, ha señalado que con este informe se confirma una vez más que no hay razón para prohibir la siembra de este cultivo, que lleva muchos años implantado a nivel mundial.

Ha explicado que la Comisión Europea presentará una propuesta al Consejo de Ministros de la UE en la que solicita el levantamiento de dicha moratoria y ha recordado que la EFSA ya emitió un informe “positivo y favorable” a este tipo de maíz.

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