La tecnología puede garantizar la sostenibilidad alimentaria mundial, así lo afirma la Real Sociedad Química del Reino Unido y el Instituto de Ingenieros Químicos a través del informe “El ingrediente vital: ciencia e ingeniería química para una alimentación sostenible”. Este informe ha sido encargado por la Cámara de los Comunes del Parlamento Británico.

La Real Sociedad Química del Reino Unido y el Instituto de Ingenieros Químicos realiza un informe en el que afirma que la tecnología puede garantizar la sostenibilidad alimentaria mundial, el informe se denomina “El ingrediente vital: ciencia e ingeniería química para una alimentación sostenible”. El documento destaca que la normativa debe fundamentarse en la evaluación del riesgo, a partir de evidencias sólidas, y no en el temor sociopolítico a las nuevas tecnologías. El informe ha sido encargado por la Cámara de los Comunes del Parlamento Británico.

Las soluciones a los problemas de la producción de alimentos y la sostenibilidad no son simples, sólo se encuentra por personas altamente capacitadas en el trabajo y líderes de la industria alimentaria con antecedentes técnicos. La comprensión de estos problemas en términos científicos y tecnológicos es fundamental para poder iniciar los cambios necesarios en toda la cadena alimentaria.

Los científicos tendrán que aprender a pensar en términos de población, política, cadenas de suministro de productos y ciclos de vida. La ciencia debe influir en los políticos para adaptar las políticas y financiar su trabajo.

Si bien la educación, la formación y la investigación son provincia del sector público, hay que reconocer que la mayoría de la producción, fabricación y distribución de alimentos está en manos del sector privado. La competencia necesaria de beneficio tendrá que ser equilibrada con la colaboración de ambos.

Regulación

La regulación    tiene una gran función que desempeñar en los alimentos. Sin embargo, existe el peligro de que la regulación se centre  en los riesgos en lugar de los riesgos definidos, lo que es una desviación del principio de precaución. La eliminación total del riesgo es imposible sin renunciar a los beneficios de una “arriesgada” actividad. El concepto de los niveles tolerables de riesgo se utiliza para establecer el equilibrio entre riesgo y beneficio. Sin embargo, hay que reconocer que la percepción de riesgo difiere ampliamente dentro de la sociedad.

La legislación alimentaria de la UE con respecto a la utilización de productos químicos es muy compleja  y presenta importantes barreras a la rápida aprobación de los nuevos avances y conceptos. El principio de precaución se utiliza como criterio para la toma de decisiones en la UE, en particular sobre cuestiones relacionadas con la inocuidad de los alimentos y la aprobación de nuevos materiales, métodos, procesos o tecnologías. El más utilizado es la descripción que figura en el artículo 15 de la Declaración de Río de 1992 en relación con el medio ambiente.

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