Un grupo de parlamentarios españoles se ha desplazado esta semana a Lleida para contemplar in situ la aplicación real de la biotecnología en la agricultura. De esta forma, han recorrido varios campos de maíz mejorado genéticamente en la provincia catalana, invitados por la Fundación Antama. Además, se han reunido con representantes de los agricultores y, tras la jornada, han coincidido en subrayar la importancia de  conocer la realidad de estos cultivos para formarse una opinión acerca de ellos.

 

Los parlamentarios, de diversas agrupaciones políticas del Senado, visitaron una finca en la que se cultiva maíz Bt, protegido contra la plaga del taladro, que resulta de especial incidencia en la zona, y pudieron observar de primera mano el modo en que se protege la coexistencia de los diferentes modelos de producción, ya sea transgénica o convencional. Los campos fueron explicados por varios agricultores que trabajan en esa explotación agraria.

A continuación, visitaron un campo de ensayo de maíz que incluye resistencia a herbicidas, además de la protección contra el taladro, y comprobaron la efectividad de esta variedad, cuyo cultivo aún no está permitido en la Unión Europea. Allí se reunieron además con otros productores que cultivan maíz Bt y con un representante de la Asociación General de Productores de Maíz de España (AGPME), Esteban Andrés.

Después de las visitas, se desplazaron hasta Lleida para tomar un almuerzo, tras el que conversaron con estos representantes sobre la biotecnología agraria. La visita se celebró una semana después de que el Ministerio de Agricultura ofreciera los datos de superficie cultivada con variedades mejoradas genéticamente en 2007. 75.148 hectáreas a nivel nacional, lo que representa un 21,3% del total de maíz sembrado. Aragón y Cataluña lideran en España el cultivo de variedades transgénicas, con cerca de 35.000 y 23.000 hectáreas, respectivamente.

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