Hay quien cree que la ingeniería genética de cultivos es un elemento del “último capítulo” de la agricultura con la incorporación de la tecnología. Una creencia que se dista mucho de la realidad. Las plantas intercambian genes cuando se reproducen sin necesitar la ayuda humana. Cuando comenzó la agricultura el ser humano comenzó a guiar el proceso de desarrollo de cultivos para adaptarlos a sus necesidades. Así, al lo largo de la historia podemos contabilizar cuatro formas de modificación genética de cultivos principales: mejoramiento convencional, mutagénesis, ARN de transferencia y transgénicos.
En esta infografía del Genetic Literacy Project se incluyen los datos clave de cada una de las formas de modificación genética de cultivos mencionadas anteriormente. Como se puede observar, el mejoramiento convencional intercambiaba gran cantidad de genes de forma desordenada y aleatoria. Con el paso del tiempo el hombre fue capaz de cruzar plantas con sus parientes silvestres para producir híbridos, aunque con posibilidades limitadas en función de la proximidad de las especies.
En los años 1920 y 1930, los científicos exploraron el efecto de la radiación las plantas. Encontraron que éstas producen mutaciones en el genoma de la planta creando así especies diferentes a las originales. Con la llegada de las técnicas moleculares en biología hacia 1970, los científicos comenzaron a buscar una forma de alterar los genes de plantas con mayor precisión que las anteriores.
A continuación incluimos la infografía de Genetic Literacy Project en la que se analizan las claves de las cuatro principales modificaciones genéticas de cultivos. Pinchando en la imagen se accede a la infografía en alta definición.