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En la tercera jornada de seminarios englobados bajo ‘Con ciencia, té’, convocados por la Asociación de Biotecnología de Salamanca (ABSAL) con motivo de la II Semana de la Biotecnología, ayer se debatió sobre agroalimentación. Un evento en el que se habló del control biológico de plagas, de las levaduras y azúcares, de los conservantes y colorante y de los alimentos funcionales. También se debatió sobre mitos y realidades de los organismos modificados genéticamente (OMGs), una aplicación biotecnológica que fue abordada por Rodrigo García (Presidente de ABSAL y vicepresidente de FEBIOTEC) y Beta Dopico (Catedrática de Fisiología Vegetal de la Universidad de Salamanca e investigadora del Centro Hispano Luso de Investigaciones Agrarias).

Rodrigo García comenzó su exposición alertando del riesgo de generalizar a la hora de hablar de OMGs ya que cada uno es distinto y ha de ser analizado y evaluado por separado. Y es que cada transgénico tiene que pasar sus controles específicos, evaluaciones científicas que son muy rigurosas, largas y costosas. Desde su punto de vista, son tan altos los costes de desarrollo de OMGs en la Unión Europea que sólo las multinacionales pueden entrar en el mercado.

En esta línea criticó a los que afirman que son peligrosos ya que no hay evidencias científicas que confirmen dicha posición. “La idea de que son peligrosos es absurda, no se ha demostrado riesgo alguno (…) Pedir riesgo cero a los transgénicos no tiene sentido, no hay nada en la vida con riesgo cero”, explicó. “Los agricultores no son tontos, si vuelven a comprar semillas transgénicas cada año es porque les beneficia, si no volvería a las convencionales”, resaltó.

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El Presidente de ABSAL también criticó la posición de la unión Europea que permite importar OMGs pero no cultivarlos, una postura injusta para los agricultores europeos que les impide competir en condiciones de igualdad. “Hay países europeos que prohíben los transgénicos pero permite su importación (…) prohibiciones que no tienen justificaciones científicas”, remarcó. Para concluir, resaltó la posición de ABSAL en este dabe, asociación que defiende la importancia de la libertad de elección de los consumidores y agricultores.

Por su parte, Berta Dopico, planteó el reto al que se enfrenta la humanidad: conseguir más producción con una mayor calidad nutricional. Un reto al que hay que dar respuesta a través de varias vías de mejoramiento entre las que se encuentra la transgénesis. Ninguna de las vías es exclusiva y no podemos dar la espalda a ninguna de ellas.

Hablando sobre la transgénesis resaltó que lo que hace esta aplicación tecnológica es lo mismo que hemos hecho desde que empezamos a domesticar la naturaleza, sólo que ahora se hace más controlado. Las ventajas de la biotecnología agraria es que se hace una mejora más dirigida y específica que permite conseguir una mejora en la calidad del producto. Las desventajas actuales son sus altos costes, el escepticismo social y los pocos genes conocidos con interés agronómico.

Los seminarios de ‘Con ciencia, té’ seguirán impartiéndose hasta el final de la semana. Hoy se hablará sobre la biotecnología cotidiana y el viernes sobre genética. No dejéis de visitar la galería fotográfica de la II Semana de la Biotecnología que tenemos en nuestro perfil de Facebook.

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