Pese a los años que la cuestión biotecnológica lleva ocupando el debate agropolítico de la Unión Europea, aún hay factores que impiden el progreso de esta tecnología en condiciones de igualdad en el panorama mundial, una situación que ha obstaculizado el conocimiento de las ventajas de estos organismos modificados genéticamente. Entre los factores menos conocidos se encuentra la reducción de los contenidos de micotoxinas de dichos cultivos, lo que se traduce en una disminución de los riesgos sanitarios. Este panorama ha sido analizado en Cytalia: XIII Congreso anual en Ciencias y Tecnología de los Alimentos de mano de D. Julio Escobar Manosalvas y D. Juan Quintana Cavanillas.

Las fimonisinas, micotoxinas presentes casi exclusivamente en el maíz, son generadas en función de determinados factores climáticos como la humedad, viéndose incrementadas con la extensión de la plaga del taladro. Su ingestión está relacionada con diversas enfermedades, como el edema pulmonar porcino o el cáncer esofágico en seres humanos.

El nivel europeo de prevalencia de dicha micotoxina es, según refleja un estudio del Comité Científico de la Alimentación Humana, del 66% para el maíz en grano. Las investigaciones realizadas a lo largo de los últimos años sobre estos niveles reflejan una disminución de micotoxinas en el maíz transgénico Bt, comparado con las variedades convencionales.

En España, el Grupo para la Evaluación de Nuevas Variedades de Cultivos Extensos analizó los niveles de las campañas de 2004 a 2006 determinando que el 40% de las muestras de variedades convencionales contenían valores de fumonisinas mayores a 2 ppm, cifra que no permitía la comercialización para alimentación humana. En la campaña de 2007, el 32,2% de las muestras de maíz de variedades convencionales superaban estos límites, mientras que para las relativas al maíz Bt sólo representaban el 4,5%.

Similares resultados han sido obtenidos en al menos 288 evaluaciones en diferentes localidades de Fancia, Italia, Turquía, Argentina y Estados Unidos.

Además de la importancia que estos índices tienen en la salud humana y animal, hay que señalar la incidencia de este problema en el comercio internacional. Las pérdidas estimadas en los tres países de mayor exportación de maíz (Estados Unidos, China y Argentina) alcanzarían los 100 millones de dólares, lo que representa el 28,6% del total de exportaciones anuales de estas tres naciones.

Pese a los beneficios que se desprenden de estos estudios, las ventajas han sido ignorados en los grandes debates internacionales, por lo que cada vez es mayor la necesidad de un cambio para acabar con esta situación en la que las imposiciones y regulaciones sobre los cultivos modificados genéticamente están privando a la sociedad europea de los beneficios directos e indirectos de esta tecnología.

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