The Washington Post defiende en su editorial la importancia de los cultivos modificados genéticamente para el futuro alimentario de África. Un continente en el que las condiciones extremas de sequía y las numerosas plagas incrementan la escasez de alimentos. Una situación que podría erradicarse con medidas como el uso de la biotecnología agraria que les ayudara a producir más alimentos adaptándose a las condiciones climatológicas. El editorial expresa su preocupación ante el control de los que rechazan los cultivos biotecnológicos que están impidiendo a África apostar por ellos libremente.
El editorial hace referencia al último informe del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales en el que se señala que “la ingeniería genética en la agricultura no es una bala mágica para África, pero puede ayudar a la lucha contra las plagas y las enfermedades, mejorar la nutrición y reducir el uso de agua y fitosanitarios, ventajas que benefician a los agricultores y sus familias”.
África ha sido lenta en la aceptación de la ingeniería genética ya que sólo cuatro países han comercializado cultivos biotecnológicos: Sudáfrica, Egipto, Sudán y Burkina Faso. El editorial critica también que tras este escepticismo social no sólo se esconden sospechas infundadas sobre su seguridad sino que también se les ha hecho creer que los transgénicos “son la primera ola de las malévolas empresas estadounidenses” para controlar los campos africanos.
Los pequeños agricultores (menos de dos hectáreas) son la columna vertebral de la agricultura en África y se enfrentan a grandes dificultades. “Es una lástima que abandonen en África estos cultivos (transgénicos) por miedos irracionales y sospechas. Si los europeos optan por renunciar a los alimentos modificados genéticamente pueden hacerlo porque no corren el riesgo de pasar hambre”, concluye el editorial.
Editorial completo:
Genetically modified crops should be part of Africa’s food future