Según se concluye un reciente estudio encargado por la Comisión Europea y realizado por la consultora holandesa ECORYS, las barreras no arancelarias o ‘non-tariff’ cuestan a la Unión Europea (UE) hasta 122.000 millones de euros cada año. El estudio se basa en una amplia encuesta entre operadores comunitarios y estadounidenses abordando el impacto de estas barreras en el comercio internacional.
En un momento en el que los recursos son clave para la recuperación económica, el estudio concluye que la desaparición de estas regulaciones, muchas de ellas innecesarias ya que no tienen justificación científica alguna, aportaría 1220.000 millones de euros anuales al PNB europeo y un incremento de las exportaciones del 2,1%. Mientras, la economía de Estados Unidos sufriría un aumento en su PNB de 41.000 millones de euros, incrementando sus exportaciones un 6,1%.
Las regulaciones relacionadas con los cultivos modificados genéticamente o transgénicos son citados en el estudio como uno de los ejemplos de divergencia regulatoria, pues hasta la fecha la seguridad de los productos autorizados tanto en el continente europeo como en el americano ha sido incuestionable.
El estudio sugiere importantes beneficios para ambos bloques económicos si se armonizaran las regulaciones evitando reinventar la rueda, lo cual permitiría agilizar los procesos de aprobación y facilitar el comercio.
