El pasado 27 de abril se reunió en Bruselas el consejo de administración de la Confederación Europea de Productores de Maíz (MPAC) para analizar el papel de la agricultura, especialmente del cultivo de maíz, en un espacio de comercio comunitario en el que la producción de alimentos se ve condicionada por muy variados factores. Entre ellos se analizó y defendió el uso de los cultivos transgénicos como una vía que no puede ser rechazada si se quiere alcanzar los objetivos de productividad, calidad y competitividad europea.
En la reunión, presidida por el francés Christopher Tierra, el MPAC recordó la necesidad y el derecho de disponer en la Unión Europea de todas las herramientas disponibles para alcanzar los objetivos de producción y competitividad. En esta línea se defendió particularmente el uso de los cultivos transgénicos, una tecnología que está suponiendo un desafío estratégico europeo hasta la fecha y a la que no se puede renunciar.
Según el MPAC, los cultivos transgénicos están sometidos actualmente a importantes distorsiones en el marco europeo, situación que no debe suponer un freno al desarrollo de esta tecnología. A día de hoy los agricultores europeos pueden luchar de una forma efectiva contra la plaga del taladro gracias a los transgénicos, impulsando así la producción de maíz europeo.
La Confederación Europea de Productores de Maíz reúne a organizaciones de Alemania, Francia, Italia, España, Portugal, Bulgaria, Hungría, Rumania, Polonia , Eslovaquia, y Eslovenia.