Un equipo internacional de científicos de plantas han identificado los sensores que las plantas usan para regular la absorción de CO2 en condiciones secas. Los estomas de las plantas están formados por poros y células protectoras. Las células protectoras deben poder medir la fotosíntesis y el suministro de agua para responder adecuadamente a las condiciones ambientales cambiantes. Usan un receptor para medir la concentración de CO2 dentro de la hoja. Los fuertes aumentos en los niveles de CO2 significan que la fotosíntesis no funciona de manera ideal. Los poros se cierran para evitar la evaporación innecesaria y se vuelven a abrir una vez que la concentración de CO2 ha disminuido.

El suministro de agua, por otro lado, se mide a través de la hormona ácido abscísico (ABA). Esta hormona se produce cuando el agua es escasa y las plantas establecen su ciclo de control de CO2 en modo de ahorro de agua. Este proceso es posible a través de células de protección equipadas con receptores ABA. Cuando aumenta la concentración de hormonas en la hoja, los poros se cierran.

“Concluimos de los hallazgos que las células de protección compensan el rendimiento actual de fijación de carbono fotosintético con el estado del balance hídrico utilizando ABA como moneda”, explica Rainer Hedrich, biofísico de Julius-Maximilians-Universität (JMU) Würzburg en Baviera, Alemania. Los investigadores descubrieron que cuando el suministro de agua es bueno, los receptores ABA evalúan el equilibrio hormonal básico como casi libre de estrés y mantienen los estomas abiertos para el suministro de CO2. Cuando el agua es escasa, los receptores de estrés por sequía reconocen el nivel elevado de ABA y hacen que las células protectoras cierren los estomas para evitar que la planta se seque.

El equipo de investigación publicó los resultados de su investigación en Nature Plants. Más información en la página web del JMU.

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