En el marco de la segunda edición del Foro Innagrotables, celebrada por el Grupo Editorial Agrícola ayer en Madrid, la farmacéutica y divulgadora Gemma del Caño, especializada en biotecnología e innovación, abordó la problemática de los falsos mitos en alimentación que en los últimos tiempos se infiltran con mayor facilidad en medios de comunicación y redes sociales. “Tenemos los alimentos más seguros de la historia”, afirmó del Caño, pero paradójicamente, “en la época en la que más información tenemos, más desinformados estamos”.

La divulgadora, que enumeró varios ejemplos de bulos difundidos en medios y redes sociales, animó al sector a luchar contra ellos y, paralelamente, a “comunicar, contar, informar sobre lo bien que lo hacemos en el sector”. Explicó que “las noticias falsas se difunden un 70% más rápido que las reales” y que es la industria alimentaria la que debe parar esos bulos porque “la ciencia avanza muy rápido, más rápido que lo que en consumidor se actualiza”.

Analizando el origen de esos bulos explicó que “la verdad es aburrida”. Afirmó que “decir que comemos seguro y sin riesgo no vende” y estamos en una era digital donde las visitas es lo que más cuenta. Asustar al consumidor hace crecer las visitas, aunque lo que se diga no sea real. De ahí el valor de la comunicación de la industria alimentaria, que debe tanto informar como no aprovecharse de esos mitos para enviar mensajes irreales en sus productos para vender más.

Poniendo ejemplos, del Caño afirmó que la sociedad debería saber que “los pesticidas son necesarios”, que “en los productos que compramos no hay restos” y que “no hay ningún riesgo a la hora de comer fruta”. También habló del etiquetado, en el que muchas veces se informa de lo que no contiene un producto cuando debería ser al revés. “Un alérgeno se informa, no se desinforma. Estamos confundiendo al consumidor”.

Habló también de los alimentos ecológicos. Del Caño reconoció que “lo ecológico no es más sano y la industria alimentaria debería contarlo. Lo ecológico de verdad es el producto local y de temporada, el más barato“. Y recordó que el concepto natural se está utilizando mal. Resaltó que “hasta los ultraprocesados son naturales” y que “hay que comunicar al consumidor que lo que compra no tiene ningún riesgo”.

CULTIVOS Y ALIMENTOS TRANSGÉNICOS

Hablando de los alimentos transgénicos, del Caño reconoció que llevamos cruzando variedades vegetales desde los orígenes hasta que hemos ido encontrando las más productivas y con mejores características. “No sabemos contar que no hay que tener miedo a los transgénicos, que llevamos 30 años cultivándolos y consumiéndolos de forma segura”.

Del Caño recordó que por mucho rechazo que pueda existir el consumidor no es consciente de que “utilizamos transgénicos de forma habitual: en el algodón de la ropa, en el algodón de los billetes de euro, en la insulina…”. Y afirmó que “los transgénicos es uno de los avances científicos más importantes de la industria alimentaria”.

Criticó la situación que los transgénicos vive en la Unión Europea y demandó la presencia de más científicos en la toma de decisiones regulatorias. “Una tecnología que ha conseguido reducir el uso de agua y la aplicación de pesticidas”. Además, pidió la eliminación del principio de precaución, una vía legislativa que carece de sentido cuando la tecnología cuenta ya con 30 años de uso seguro.

En esta línea, Del Caño afirmó que “no tenemos profesionales legislativos con conocimientos suficientes sobre alimentación” y que la industria tiene que “hacer llegar a los legisladores la información correcta avalada científicamente”.

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