Un estudio elaborado por el Instituto para la Educación e Investigación de Alimentos (IFEEDER) en Estados Unidos ha evidenciado que el uso de piensos y alimentos libres de transgénicos tiene mayores costes para los actores de las industrias ganadera y avícola. Se refleja que la regulación puede conducir a un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero y a una disminución de las posibilidades de preservar los hábitats y la biodiversidad.
El objetivo del estudio era examinar las implicaciones ambientales y económicas si los fabricantes de piensos en Estados Unidos necesitaran aumentar su producción de piensos no biotecnológicos. El estudio quería ilustrar a los actores de la cadena de valor sobre las complejidades de pasar por el proceso de producción de líneas de alimentación MG y no MG.
Los resultados mostraron que cuando se limita el uso de tecnologías seguras y comprobadas, como los cultivos transgénicos, los costes para los productores, los consumidores y el medio ambiente pueden aumentar. Los hallazgos más relevantes fueron:
- Aunque las semillas de soja y maíz MG son más caras para los agricultores, los costes extra se compensan con unos costes más bajos de insumos agrícolas.
- El uso de semillas no MG reduce el beneficio de la preservación de la tierra. Los datos mostraron que el uso de semillas MG permitió el ahorro cuantioso de hectáreas destinadas a agricultura.
- El sistema de labranza cero del maíz MG reduce significativamente las emisiones de dióxido de carbono.
- El uso de semillas MG ha mejorado la eficiencia del nitrógeno.
- Separar los ingredientes MG y no MG supondría unos costes adicionales a todos los actores de la cadena de producción y suministro que derivaría en un incremento del precio final del producto.
- Sustituir los piensos MG por no MG derivaría en un incremento significativo del precio de productos como la carne, la leche o los huevos.