Un equipo de investigación de la Universidad de Zúrich (UZC) en Suiza ha demostrado que un solo gen puede afectar a todo un ecosistema y el descubrimiento del “gen clave” podría cambiar las estrategias actuales de conservación de la diversidad biológica.

Los investigadores de UZH y sus colegas de la Universidad de California en Estados Unidos informan de que una mutación en un solo gen cambia drásticamente la estructura y función de un ecosistema. Por lo tanto, un gen no solo contiene información crítica para la aptitud de un organismo, sino que también puede afectar la persistencia de las especies que interactúan en una comunidad ecológica.

El descubrimiento del profesor de la UZH Jordi Bascompte y su equipo se basó en un ecosistema experimental en laboratorio con un depredador (avispa parásita), dos herbívoros (pulgón) y la planta Arabidopsis thaliana, un organismo modelo genético. Los científicos probaron la acción de tres genes que controlan el arsenal de defensas químicas de la planta contra los insectos que se alimentan. Descubrieron que los herbívoros y depredadores en su comunidad experimental tenían más probabilidades de sobrevivir en plantas con una mutación en un solo gen llamado AOP2.

Los científicos encontraron que la mutación natural en el gen AOP2 no solo afectó a la química de la planta sino que también la hizo crecer más rápido, lo que fomentó la coexistencia de herbívoros y depredadores y así evitó el colapso del ecosistema. AOP2 actúa como un “gen clave” esencial para la supervivencia del ecosistema experimental. Más información en la página web de UZH.

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