Hoy, 18 de mayo, se festeja el Día Internacional de la Fascinación por la Plantas. El proyecto, que celebra este año su cuarta edición, será auspiciado por la Organización Europea para la Ciencia de las Plantas (EPSO, por sus siglas en inglés). El objetivo de esta iniciativa es sensibilizar al máximo número de personas sobre la importancia de las plantas en nuestras vidas; así como de la repercusión de la ciencia de las plantas en el pasado, presente y, sobre todo, nuestro futuro.

Las plantas son la pieza clave en agricultura, tanto para la producción sostenible de alimentos como para los productos no comestibles como lo son el papel, la madera, la energía y los productos farmacéuticos. A su vez, el papel de las plantas en la conservación del medioambiente es esencial.

En particular, al sumergirnos en el ámbito de las plantas como fuente de medicinas, es importante destacar que gran parte de las plantas actualmente usadas para la producción de medicamentos ya fueron identificadas y manejadas hace cientos o miles de años. La mayoría de los compuestos potencialmente medicinales son producidos por un número limitado de especies de plantas, y éstos químicos forman parte de sus defensas frente a patógenos. Como ejemplo, se puede mencionar el uso de la corteza del árbol de cinchona, por médicos tradicionales indígenas de Perú, como tratamiento de la malaria.

En los últimos años, las plantas también se han utilizado para producir otros compuestos de uso médico; entre ellos vacunas, anticuerpos y proteínas humanas como la insulina. Este proceso es el llamado molecular pharming (agricultura molecular), y sus productos se identifican como proteínas farmacéuticas de origen vegetal. Las vacunas derivadas de plantas comestibles están en boga, puesto que son una buena alternativa a los métodos de vacunación tradicionales. Ésta sería una posible solución para aquellos países que no se pueden permitir las campañas de vacunación habituales, cuyos costes son elevados debidos a los procedimientos asociados (esterilidad de viales y jeringas, refrigeración, transporte, etc.). Las vacunas “comestibles” son eficaces cuando se ingieren y, gracias a su menor coste y facilidad de manipulación, en un futuro cercano todos los niños podrán estar protegidos frente a enfermedades prevenibles como lo son la hepatitis, el cólera o la viruela.

Por ésta y por muchas otras razones, la ciencia y la biotecnología de plantas son tan atractivas y significativas. No debemos olvidar que la población humana depende de ellas. Podremos mejorar su eficiencia y avanzar hacia un futuro más sostenible si desarrollamos el conocimiento sobre ellas y concienciamos sobre su importancia.

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