Una colaboración internacional entre investigadores de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), la Universidad de Nagoya (Japón) y la Universidad de Australia Occidental (Australia) ha descubierto un gen en el arroz que confiere tolerancia a las inundaciones, tolerancia a la sequía y resistencia a enfermedades. Este descubrimiento es muy importante para la obtención de cultivos climáticamente inteligentes.

El gen LGF1 controla la nanoestructura de las superficies foliares. Durante los eventos de inundación, el gen permite la supervivencia del arroz sumergido ya que las nanoestructuras de cera retienen una delgada película de gas foliar. De ahí el nombre del gen, LGF1. Las películas de gas facilitan el intercambio de gases con el agua de la inundación, de modo que el dióxido de carbono se puede absorber durante el día para alimentar la fotosíntesis submarina, y el oxígeno se puede extraer por la noche.

El gen LGF1 también confiere tolerancia a la sequía, ya que los pequeños cristales de cera reducen la evaporación de las superficies de las hojas, conservando el agua del tejido. “Hemos evaluado la importancia de las películas de gas foliar durante la inmersión del arroz y, en algunas situaciones, el arroz crece igualmente bien arriba y debajo del agua, solo porque el arroz posee el gen LGF1“, explica Ole Pedersen de la Universidad de Copenhague.

Las implicaciones de estos hallazgos son enormes. En todo el mundo, los cambios climáticos ya han dado lugar a un mayor número de inundaciones y para mantener el suministro de alimentos en un futuro más húmedo, el mundo necesita cultivos adaptados al clima que toleren mejor las inundaciones.

“Sin embargo, las propiedades de hojas superhidrofóbicas que están codificadas por el gen LGF1 se pierden después de algunos días de sumersión. Las plantas comienzan a ahogarse cuando las hojas se humedecen. Por lo tanto, nuestra investigación ahora se centra en la sobreexpresión del gen LGF1. La sobreexpresión debe cubrir las hojas con más cristales de cera y de esta manera preparar a las plantas para un evento de inundación. El hecho de que todo esté controlado por un solo gen hace que el objetivo sea mucho más realista“, concluye el profesor Ole Pedersen.

[FUENTE: University of Copenhagen News]

Compartir en redes sociales

Array