alimentos funcionales alimentos transgenicosLa Fundación Foro Agrario y la Asociación España-FAO organizaron el pasado 27 de junio la jornada ‘¿Son seguros los alimentos que comemos?’, un evento en el que se analizó la seguridad de los productos que consumimos.

En las distintas ponencias se analizó la seguridad de los alimentos modificados genéticamente, los alimentos funcionales, los alimentos ecológicos y el valor nutritivo de lo que comemos.

Las ponencias corrieron a cargo de Ignacio Arranz (Presidente del Foro Interalimentario), Montaña Cámara (Profesora Titular de la Facultad de Farmacia UCM), Gabriel Mesquida (Ingeniero Agrónomo y Empresario), José Miguel Mulet (Profesor del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas UPV) y Jesús Román Martínez (Profesor de la Facultad de Medicina UCM y Presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación).

A continuación se detallan las conclusiones de la jornada:

  1. Ya no se habla sólo de aumentar la producción de alimentos para erradicar el hambre, sino también de su valor nutritivo y sanitario. La FAO recomienda investigar sobre la producción de alimentos ricos en nutrientes, como son las legumbres, verduras, frutas, leche, carne, huevos, etc.
  2. El consumidor tiene el derecho de aprovechar los avances científicos basados en el conocimiento de los alimentos y su aplicación a la salud, exigiendo una información completa y veraz.
  3. Debe fomentarse la interacción real entre todos los actores implicados: científicos, legisladores, asociaciones de consumidores, etc. Hay que saber abordar los problemas desde un punto de vista multidisciplinar, valorando los distintos puntos de vista y explicando las soluciones con transparencia y objetividad.
  4. Todos los agentes de la Cadena Alimentaria deben implicarse en la información y formación a los Consumidores. Dicha información debe estar desprovista de connotaciones comerciales o publicitarias.
  5. La Comunidad Científica debe implicarse más en formar, informar y divulgar sobre todos los aspectos relacionados con la producción, transformación y consumo de los productos alimentarios. Es necesario esforzarse para acercar la ciencia alimentaria a la población en términos inteligibles, buscando al máximo el equilibrio entre rigor y divulgación.
  6. Actualmente, en los países desarrollados, y de forma especial en la Unión Europea, se dispone de una cantidad, diversidad y calidad de los alimentos como nunca antes se dispuso, regulados por una extensa, casi exhaustiva, normativa que regula la producción, transformación y comercialización de los mismos, consiguiendo un elevado nivel de seguridad alimentaria.
  7. El riesgo cero no existe en ningún ámbito de la vida. Lo que sí podemos decir es, que a día de hoy, los alimentos e ingredientes alimentarios obtenidos mediante biotecnología, es decir los alimentos modificados genéticamente, han superado con éxito un gran número de evaluaciones en relación a su posible toxicidad, alergenicidad, seguridad medioambiental, etc. Cuestiones que no son requeridas en la mayoría de los alimentos convencionales.
  8. Los alimentos constituidos por organismos modificados genéticamente, o que los contienen, aprobados tras una exhaustiva evaluación a la que se somete el proceso de autorización son, al menos, tan seguros como los equivalentes convencionales.
  9. El principal problema en una sociedad desarrollada como la nuestra es saber valorar los beneficios indirectos que la Biotecnología puede aportar, dentro del contexto de una sociedad globalizada. Quizás la solución esté en abordar las distintas aplicaciones con un enfoque riesgo-beneficio, e incluso considerando el factor geográfico, ya que distintas poblaciones pueden tener diferentes necesidades.
  10. Los alimentos funcionales deben responder a las necesidades del consumidor para alcanzar el mayor nivel de bienestar, resolviendo o paliando determinados problemas de salud.
  11. La industria trabaja activamente en cubrir las necesidades alimenticias de los distintos perfiles de consumidores, poniendo a su disposición los alimentos funcionales de forma rápida y segura.
  12. La información facilitada por el productor debe ser completa y sencilla, para que el consumidor pueda elegir una dieta equilibrada y saludable, ajustada a sus hábitos y necesidades; los alimentos funcionales podrán ayudarle a conseguirla, gracias a sus propiedades nutricionales.
  13. No hay ninguna evidencia objetiva que demuestre que los productos ecológicos son mejores a nivel de calidad nutricional, efecto para la salud o impacto sobre la biodiversidad.
  14. Si aplicamos criterios de seguridad alimentaria, trazabilidad o productividad, el balance es contrario a los alimentos ecológicos. Su consumo solo se justifica por la elección personal del consumidor.
  15. Dada la importancia de la seguridad de los alimentos que comemos, se considera absolutamente necesario que se dedique especial atención a una eficaz labor formativa sobre la producción, transformación y comercialización de los alimentos, así como sobre los hábitos saludables de alimentación, en los planes de estudio, ya desde la enseñanza primaria.

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