La biotecnología agraria representa un paso clave para el progreso del sector agrario y su adaptación con los nuevos retos a los que se enfrenta. Una aplicación tecnológica que a la que le rodea un debate sobre su necesidad real. Para sembrar luz en este campo de conocimiento, AgroBio México ha coordinado la elaboración de un análisis sobre ocho casos de cultivo de maíz modificado genéticamente en Iberoamérica.
Un documento que estudia la experiencia real de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, España, Honduras, México y Uruguay basándose en tres factores clave: experiencia del agricultor, políticas públicas y estrategias de producción.
El documento busca dar respuestas a preguntas como: ¿Cuál es la justificación productiva del uso de este cultivo? ¿Cual ha sido su impacto económico y a la salud? ¿Qué resultados se han encontrado entorno a su coexistencia con los cultivos convencionales? ¿Qué medidas de bioseguridad han adoptado al respecto las naciones referidas?
Entre las conclusiones del estudio se destaca que los agricultores “han decidido usar la tecnología de resistencia a insectos Bt porque les facilita el control de plagas no sólo por su eficiencia sino, además, por ser más sencilla y segura en su aplicación (…) La utilización de maíz Bt ha tenido un alto impacto no sólo en el rendimiento del cultivo, también las prácticas de manejo y asegurando la calidad del producto”.
El informe destaca que todos los países analizados tienen regulaciones claras que establecen los requisitos de bioseguridad que deben cumplirse. Un elemento común en todas ellas es que las evaluaciones deben hacerse caso por caso.
“En el caso concreto del maíz Bt se han documentado beneficios para la salud. Existe una marcada relación entre el daño mecánico producido por plagas y la contaminación del grano por micotoxinas con potencial cancerígeno. Dado que el ataque de plagas en el maíz Bt es mínimo se inhibe la presencia de micotoxinas”, resalta.
[…] FUENTE: fundacion-antama.org […]