Cursos de Verano de El Escorial

Ismael Díaz Yubero, veterinario y miembro de la Academia Española de Gastronomía, fue el encargado de abrir la cuarta jornada de los cursos abordando los organismos modificados genéticamente (OMGs) desde el punto de vista de la alimentación humana y animal. Como punto de partida quiso dejar claro que “la mejora vegetal se lleva realizando desde los orígenes de la agricultura” con distintas técnicas de las que algunas, como los injertos en vegetales, conservamos aún a día de hoy.

Centrándose en los OMGs distinguió dos tipos claramente diferenciados. Los primeros, los microorganismos transgénicos, en los que podríamos englobar bacterias y levaduras de interés industrial. Y los segundos, plantas y animales transgénicos, con muy variados usos entre los que cabe destacar el uso como alimentos, biocombustibles, fármacos, o descontaminantes de suelo.

En esta línea resaltó la seguridad de éstos organismos a los que se les somete a exhaustivos controles de calidad analizando, entre otras cosas, “las características del órgano donante y receptor, los genes insertados y los que se expresan, la toxicidad, la alergenicidad, o el impacto medioambiental”, lo que los ha convertido en los alimentos más evaluados de toda la historia.

En cuanto al Maíz Bt quiso aclarar que el Bacillus Thuriengensis, bacteria del suelo cuyas esporas contienen proteínas tóxicas para ciertos insectos, entre ellos el taladro, “se lleva usando en la agricultura ecológica desde 1938 sin riesgo alguno. Se usaba en esporas para dispersarlo sobre los cultivos y combatir así los enemigos del maíz con un ser vivo que no creara ningún problema al ser humano”.

En esta línea, hizo un completísimo repaso por la multitud de avances dentro de los organismos modificados genéticamente que existen a día de hoy tanto en frutas, hortalizas o vegetales y que están pendientes de aprobación. Hizo especial hincapié en las investigaciones que a nivel nacional se están realizando en distintos centros de investigación sobre mejora genética de plantas con excelentes resultados.

Resaltó da dificultad de estas nuevas variedades para ser aprobadas o extendidas a nivel mundial ya que tienen que superar en muchas ocasiones “barreras culturales, sociales y religiosas” que exceden de lo científico y que han paralizado en ocasiones la entrada de esta tecnología en numerosos países.

“No debemos olvidar que la ayuda alimentaria es muy complicada”, concluyó.

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