Con más de 400 trabajos científicos publicados y alrededor de 30 artículos divulgativos, Santiago Grisolía, licenciado en medicina por la Universidad de Valencia, es uno de los científicos más destacados en la investigación española. En la Universidad de Nueva York comenzó sus investigaciones en la fijación del anhídrido carbónico bajo la supervisión de Severo Ochoa, tema en el que siguió trabajando a lo largo de su carrera profesional.

Presidente del Comité Científico de Coordinación del Proyecto Genoma Humano para la UNESCO, es vicepresidente del Patronato de la Fundación Valenciana de Investigaciones Biomédicas, y asesor del Presidente de la Generalitat Valenciana para Ciencia y Tecnología.

En 1990 fue galardonado, junto con Salvador Moncada, con el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica por su labor científica en el área de la bioquímica en campos muy diversos, principalmente en la enzimología del metabolismo del nitrógeno relacionado con el ciclo de la urea y la degradación de las pirimidina.

En el marco de la Jornada Alimentación y Genes, organizada por la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados, Santiago Grisolía ha hablado en exclusiva para Fundación Antama ofreciéndonos su visión más personal sobre la modificación genética y su labor ante los retos que el siglo XXI presenta a la agricultura.

Una vida dedicada a la investigación… ¿ha cambiado mucho el mundo científico desde que usted comenzó en él?
Muchísimo. Cuando yo empecé la investigación estaba mucho más restringida. Tanto el trabajo de investigación como el número de universidades era muy limitado, no existía siquiera un Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Cuando fui a los Estados Unidos aún en España no había surgido el gran desarrollo científico en el área de la medicina y la biología ya que aún no había ayudas estatales que impulsaran estas investigaciones.

¿Recibe la investigación actualmente el impulso necesario en nuestro país?
España es un país de milagros, y hasta ahora no se ha dado suficiente ayuda. A día de hoy contamos con un grupo de jóvenes interesados en la investigación como no hemos tenido nunca, afortunadamente las cosas están cambiando. Ya se determina el capital específico destinado a la investigación sin mezclarlo con otros fines y se está otorgando mayor interés a la industria, cambios impulsados en primera instancia por el gabinete de la ministra Cristina Garmendia.

¿Cuál es la misión de la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados?
La fundación nació hace más de treinta años en base a mi experiencia y trabajo con organizaciones estadounidenses, algo que aún no era habitual nuestro país en esta área de trabajo. Así, el fin de la fundación es el de actuar como catalizador de todo lo que podamos dentro del área científica.

¿Cuál es la base de la modificación genética?
Por la razón que sea, los alimentos transgénicos aún tienen mala fama, y aún hay grupos que no se dan cuenta de que la humanidad lleva miles de años realizando esta mejora, lo que pasa es que hoy es posible convertir mucho más rápidamente los alimentos y otorgarles ciertas propiedades. El principal problema que tenemos actualmente el incremento constante poblacional mientras que la cantidad de productos se mantiene estable. Ante esta situación, en la medida en que puedas aumentara la productividad se podrá hacer frente a estos retos y ayudar a luchar contra muerte anual de millones de personas a causa del hambre al año.

¿Es viable una coexistencia armoniosa entre las distintas formas de cultivos?
Absolutamente sí. Seguramente, las ideas contrarias a esta realidad están basadas en el origen de los transgénicos que vino de la mano de agencias comerciales americanas cuyo fin era el de lograr un rendimiento. Además, en un principio se esgrimieron argumentos negativos para la salud y con el tiempo se demostró que el consumo de transgénicos no originaba ningún problema. La coexistencia posible y está llevándose a cabo con éxito en este momento.

¿Cuál es la base de estas ideas contrarias hacia los OGMs?
Exclusivamente en el desconocimiento. En esta labor los científicos juegan un papel muy claro, sobre todo de verificación e investigación de nuevas variedades. La ciencia no es ni buena ni mala, lo que pasa es que por experiencia los científicos tienen muy claro que si mientes te descubrirán antes o después, por lo que has de ser todo lo cuidadoso y riguroso que se pueda ser.

¿Se aventuraría a hacer una previsión de futuro sobre esta tecnología?
Ser futurista siempre es peligroso. Pero creo que actualmente hay una serie de nuevas técnicas sobre la forma de emplear las tierras de cultivo y evitar problemas de polución que podrían desempeñar un papel importante en el futuro.

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