El ex Comisario europeo de Salud y Seguridad Alimentaria, Vytenis Andriukaitis, ha reconocido en una columna de opinión para Euractiv.com que la Unión Europea lidera la lucha científica contra el cambio climático pero que también debería liderar la innovación vegetal basada en ciencia. El político reconoce que el fitomejoramiento ha sido practicado por el hombre desde casi el comienzo de nuestra civilización.

“Hemos estado experimentando con diferentes especies y variedades de plantas, con algunos resultados impresionantes. (…)  Ahora, tenemos una forma más rápida de reproducir mejores variedades a través de la ingeniería genética. Esto podría sonar como una historia de éxito, pero por desgracia una ola miedo ha expulsado a estas tecnologías fuera de Europa”, reconoce Andriukaitis.

En esta línea afirma que el trabajo de los científicos ha permitido obtener beneficios significativos en los países donde no temen el avance tecnológico. Sobre la situación europea señala que lo más triste que que el estricto proceso regulatorio (de los organismos modificados genéticamente, OMGs) se ha vuelto tan engorroso que ha eliminado a las pequeñas y medianas empresas europeas de este campo de la ciencia, “solo las grandes multinacionales, principalmente extranjeras, pueden afrontar estos procesos y obtener beneficios“.

Con el cambio climático y una población mundial en constante crecimiento, la seguridad alimentaria se ha convertido en una preocupación clave ya que la producción mundial de alimentos está bajo una gran presión. Existe preocupación por que el rendimiento de los cultivos se estanque en Europa y se prevé incluso que disminuya debido a las condiciones climáticas cambiantes. A esto hay que sumarle factores como la degradación de la salud del suelo, la necesidad de preservar la biodiversidad o conservar a los polinizadores.

Ante estos retos, Andriukaitis tiene claro que no podemos dejar de lado las nuevas técnicas de edición genética. “Necesitamos urgentemente mejorar las variedades de plantas para hacerlas más resistentes a las enfermedades, así como a otros estreses abióticos y bióticos. Esto incluye hacerlas más tolerantes a las sequías o inundaciones, nutricionalmente mejorados y completamente seguras. La UE debería liderar en este ámbito. Al ritmo al que está cambiando el mundo, no nos podemos permitir el lujo de confiar únicamente en la selección natural. Si no somos capaces de cambiar y adoptar la innovación Europa se convertirá en un museo de la agricultura.”

Andriukaitis recuerda que el fitomejoramiento es esencial para enfrentar nuevos desafíos y satisfacer las necesidades cambiantes. Resaltando la necesidad de que en la Unión Europea exista un fitomejoramiento que sea internacionalmente competitivo que promueva tecnologías y enfoques innovadores y accesibles tanto para grandes como pequeñas organizaciones públicas y privadas. Y señala que “es posible encontrar vías que garanticen el alto nivel de seguridad y una fuerte protección de la biodiversidad sin privar a la Unión Europea de la innovación”.

Además, exige un debate amplio sobre las nuevas técnicas de mejora genética que deje de lado la emoción y que se base en ciencia. Afirma que la legislación actual sobre OMGs ya no es adecuada para su propósito y requiere una revisión. “Muchos científicos creen que los productos obtenidos a través de nuevas técnicas de mejoramiento genético no deberían estar sujetos a la legislación que rige los OMGs, destacando en particular que los agricultores europeos, especialmente las pequeñas y medianas empresas, no se beneficiarán del progreso científico y las variedades mejoradas si se mantiene esta legislación”.

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