La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) de Ávila organizó ayer en Arévalo una jornada informativa sobre ‘Agricultura competitiva y sostenible’ en la que se abordó la situación del a remolacha ante la reforma de la PAC, la biotecnología aplicada al sector agrario y alimentario, y las claves de la reforma de la PAC. En el acto, en el que participaron más de 200 agricultores de la comarca, se defendió abiertamente el derecho del agricultor de poder elegir libremente los cultivos que cada uno quiera sembrar en sus tierras.

El bloque sobre biotecnología agraria contó con la intervención de Soledad de Juan (Directora de la Fundación Antama) quien analizó la evolución de los cultivos modificados genéticamente en todo el mundo. Seguidamente, Esther Esteban (Jefe de área de organismos modificados genéticamente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente) explicó el marco legal de estos cultivos en la Unión Europea, prestando especial interés a los controles que se realizan en España. Por su parte, Carlos Vicente (Director de sostenibilidad para Europa de Monsanto) expuso el aporte que tienen los cultivos transgénicos desde un punto de vista de competitividad y sostenibilidad. Para finalizar, el agricultor zaragozano Ignacio Eseverry (Asociación PRObio) compartió su exitosa experiencia de más de 11 años de cultivo de maíz transgénico en Aragón.

Tras un amplio debate, UPA-Ávila pidió abiertamente que se respete siempre la libertad de los agricultores españoles y europeos para poder cultivar las semillas que crean más convenientes para sus tierras y objetivos. La organización agraria pide así que los agricultores puedan sembrar semillas convencionales, ecológicas y transgénicas, tres formas diferentes de cultivo totalmente compatibles, complementarias y necesarias.

Para ello, UPA-Ávila instó al nuevo ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Arias Cañete, a que se comprometa a fijar un calendario de actuación para defender este derecho de elección de los agricultores españoles a nivel europeo. Se quiere así que la Unión Europea, guiada por lo que dicte la ciencia, abra las puertas a los cultivos transgénicos permitiendo a los agricultores españoles competir internacionalmente en condiciones de igualdad.

La organización agraria también evidenció una deficiencia informativa en esta materia, y pidió así que se mejore el flujo informativo sobre esta tecnología para que tanto agricultores como consumidores tengan los datos necesarios para entender los entresijos y la magnitud de una tecnología por la que ya apuestan más de 15 millones de agricultores en todo el mundo.

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