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El Consejo de ministros europeos de Medioambiente apoyó en el día de ayer la reapertura de la reforma legislativa sobre organismos modificados genéticamente (OMGs) que pondría fin al sistema actual, una legislación que a día de hoy no se está cumpliendo que ya acumula retrasos de casi medio siglo en aprobaciones de nuevas variedades. La propuesta legislativa da mayor libertad a los Estados miembros a la hora de tomar decisiones, permitiendo avanzar en su desarrollo a los países que así lo deseen en base a las evidencias científicas y permitiendo prohibirlos a los que por cuestiones ideológicas así lo consideren.

La propuesta fue apoyada ayer por todos los países excepto Francia y Bélgica. Según afirmó el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, “es deseable que la Unión Europea tenga una norma que dé cobertura a nivel comunitario a la utilización de OMGs y no sigamos en la lamentable situación de que, mientras todo el resto del mundo está desarrollando estas tecnologías” y avanzando en la investigación y cultivo, la Unión sea una isla alejada del progreso.

Este avance en la reforma legislativa sobre OMGs ha venido impulsado por el caso del maíz transgénico 1507, una variedad que lleva doce años a la espera de ser aprobada pese a haber recibido siete dictámenes científicos positivos de seguridad por parte de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). Un maíz que cumple con todos los requisitos legislativos de la Unión Europea y que ha demostrado ser tan segura como el maíz convencional.

Con esta reforma legislativa se busca acabar con los bloqueos políticos al avance de esta tecnología que pese a contar con el aval científico y la experiencia internacional está siendo frenado en la Unión Europea por razones ideológicas.

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