La Directora de la Fundación Antama Soledad de Juan Arechederra, ha concedido una entrevista a EFEVerde en la que analiza la situación de los cultivos transgénicos en la Unión Europea y en la que se ponen de manifiesto las desigualdades competitivas ante las que se enfrentan los agricultores dentro del marco comunitario. En dicha entrevista, la ingeniero agrónomo destaca la seguridad de los productos transgénicos así como la confianza del consumidor ante esta tecnología.

Soledad de Juan explica que sería bueno que la sociedad supiera que el 75% de la soja que se produce y consume en el mundo, incluida la europea, es transgénica; que los billetes de euro están fabricados a partir de algodón transgénico; que medicamentos como la insulina proceden de transgénicos; y que nuestra ropa, detergentes, e incluso los quesos y los vinos usan transgénicos en su elaboración. La biotecnología está en todos los ámbitos del día a día “sin que se hay habido ningún caso en todo el mundo de problemas para la salud humana, animal, o para el medio ambiente”, recalca.

Desde un punto de vista agrario, Soledad de Juan resalta los beneficios de esta tecnología para el agricultor. “Desde el punto de vista agronómico hace que tengan buenos rendimientos al minimizar las pérdidas de la cosecha. Desde el punto de vista ambiental saben que contribuyen a una agricultura más sostenible al optimizar los tratamientos fitosanitarios. Cuando un agricultor utiliza una semilla transgénica, y lo hace año tras año (en España llevamos ya más de 10 años de su cultivo), es porque sus resultados son buenos”, explica.

En esta línea la Directora de la Fundación Antama defiende la libertad de los agricultores para poder acceder a esta tecnología “legal y segura” a la que ya están accediendo sus competidores internacionales. Desde su punto de vista si los agricultores europeos no pueden hacer uso de estos cultivos no podrán competir en condiciones de igualdad con el resto de países en un mundo cada vez más globalizado.

“Usted no quiere utilizar la biotecnología, usted no quiere tener acceso a Internet, usted no quiere tener acceso a la quimioterapia, usted decide. Pero no por ello me prohíba a mi hacer uso, en este caso en el campo, de una tecnología segura, avalada por la comunidad científica y las autoridades competentes”, matiza.

>> Entrevista completa en EFE Verde <<

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