La multinacional Monsanto espera la pronta aprobación por parte de la Unión Europea (UE) de la nueva variedad de maíz “Roundup Ready”, mejorado genéticamente para combatir las malas hierbas, para que pueda ser cultivado en España, aunque ya se importa el grano desde Estados Unidos y Argentina.

Durante una visita a los ensayos de campo que Monsanto está llevando a cabo en la población de Yunquera de Henares (Guadalajara), el director de Biotecnología de la compañía para España y Portugal, Carlos Vicente, ha denunciado la “lentitud” de la UE en la aprobación de nuevas variedades modificadas genéticamente, lo que la aleja, a su juicio, de los grandes productores mundiales.

Esta nueva variedad, que permite una mayor productividad y un menor coste económico para los agricultores, según Monsanto, ya cuenta con los informes favorables de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), si bien tiene que ser aprobado por la UE para que pueda ser cultivado en nuestro país.

Los ensayos de esta nueva variedad, que además de en Guadalajara la compañía realiza desde hace cuatro años en más Comunidades para evaluar los herbicidas en las diferentes zonas agroclimáticas, se enmarcan dentro del proyecto de la compañía de doblar el rendimiento de sus semillas en el año 2030 y reducir los recursos que son necesarios para hacer crecer los cultivos.

“Esta nueva variedad tolerante a herbicida mejora el control de las malas hierbas, no deja residuos y contribuye a la sostenibilidad del medio ambiente”, ha detallado Vicente.

De hecho, según el delegado de Desarrollo de Tecnologías de Monsanto para la zona Centro de España, Sergio García, la “invasión” de malas hierbas en los campos de maíz puede provocar una reducción del rendimiento del cultivo del 40 por ciento.

Monsanto también está ensayando en España el comportamiento en campo de su variedad tolerante a herbicida, que incorpora además la resistencia a la plaga del taladro que, según Vicente, puede generar pérdidas de hasta el 25 por ciento de las cosechas.

Las variedades de maíz protegidas contra el taladro, que son las únicas que se permiten cultivar en España, tienen la capacidad de autoprotegerse contra este insecto sin necesidad de usar insecticidas y, según Vicente, se ha demostrado que su uso ha permitido producir hasta un 14,5 por ciento más que las variedades convencionales en las zonas donde existe esta plaga.

Durante la visita de campo, Vicente también se ha referido al compromiso de tres puntos anunciado recientemente por la compañía para contribuir a incrementar la producción de alimentos frente al aumento de demanda de los mismos, la limitación de recursos naturales y el cambio climático.

Según ha explicado Vicente, dicho compromiso se centra en duplicar el rendimiento de las cosechas en sus tres cultivos de referencia (maíz, soja y algodón) en 2030; desarrollar semillas que reduzcan en un tercio el volumen de recursos necesarios para el crecimiento de estos cultivos; y que cinco millones de personas de familias en países en desarrollo se beneficien de esta tecnología.

Además, según ha explicado, Monsanto ha abierto una subvención de diez millones de dólares durante cinco años para la investigación en trigo y arroz, que será gestionada por un panel de expertos mundiales en países en vías de desarrollo.

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