El ministro de Agricultura argentino, Julián Domínguez, aseguró esta semana en Estambul  en la conferencia del Grupo de los 20 (G-20) que “la biotecnología es el único camino para aumentar la producción” agroalimentaria y una forma eficiente para contribuir a “disminuir la altísima volatilidad de los precios”.

Según recoge el diario argentino Patagónico, Domínguez afirmó que “los gobiernos de los países más desarrollados tendrán que sincerarse, porque no se puede combatir el hambre si no se incrementa la productividad a través de la biotecnología y sin la revolución genética”.

“El único camino es la biotecnología, ya que la incorporación de tierras es limitada, el gran desafío está en la incorporación de biotecnología, en el aumento de la productividad y semillas que puedan adaptarse a condiciones inhóspitas del clima”, añadió. “La biotecnología agrícola es un componente que puede contribuir a disminuir los riesgos de la volatilidad, porque puede aportar mayor productividad al rendimiento de la semilla”, insistió.

Domínguez concluyó que Argentina y Brasil son los principales productores de soja del mundo y se enfrentan al desafío de aportar una planificación de su producción para las próximas décadas. En el caso de Argentina la meta es “incrementar en un 60% la producción de cereales y oleaginosas para los próximos diez años”.

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