El presidente de la asociación británica de productores de huevos BFREPA, Roger Gent, ha hecho un llamamiento a los minoristas para que dejen de exigir a los productores de huevos que hayan usado piensos no modificados genéticamente (MG) para alimentar a sus gallinas.

Este llamamiento se suma al realizado por la Unión Nacional de Agricultores (NFU), el Consejo de la Industria del Huevo (BEIC) y el Consejo Británico de Aves (BPC) advirtiendo a de los problemas a los que se enfrenta la industria si rechaza los piensos MG.

El rechazo de los piensos MG provoca que los productores de huevos británicos gasten 100 libras (más de 115 euros) extra por tonelada, sumando costes innecesarios cuando la industria se enfrenta a uno de los momentos menos rentables de su historia. La BFREPA defiende la industria del huevo del país por lo que pide que se permita usar piensos transgénicos para impulsar el sector y hacerlo competitivo.

Según explica Roger Gent, la exigencia de no usar piensos transgénicos es un requerimiento “no usado en otros sectores, sólo se está aplicando al sector de las aves de corral”. En esta línea se pregunta por qué los minoristas han impuesto esta norma ya que no es reflejo de las preocupaciones del consumidor.  “Estamos pagando entre 40 y 100 libras más por tonelada al no usar piensos modificados genéticamente”, resalta.

Estas declaraciones siguen la línea del llamamiento lanzado por NFU, BEIC y BPC en el que se resaltaba además que “los cultivos transgénicos están muy regulados y estudiados en cuanto a seguridad sanitaria y medioambiental (…) Estos piensos se llevan usando durante 15 años para alimentar al ganado en todo el mundo sin que se haya detectado ningún efecto negativo. Los organismos genéticamente modificados pasan unos rigurosos controles científicos de seguridad.

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