Destacados representantes del mundo científico han acusado al príncipe Carlos de Inglaterra de ignorancia por asegurar que el planeta se enfrenta a un desastre nunca visto si no se pone coto a los cultivos transgénicos. “El príncipe Carlos no ha dicho más que tonterías. Como muchos ricos no tiene ni idea de las privaciones en otras partes del mundo”, criticó Johnjoe McFaden, profesor de genética molecular en la Universidad de Surrey, citado hoy por la prensa británica.

El heredero del trono británico “quiere conservar su visión de un idilio rural diciéndoles a los pobres que deben comer pasteles orgánicos mientras él mismo llena de vino (bioetanol) el depósito de su coche deportivo”, denunció McFaden.
Alison Smith, profesora de Bioquímica de las Plantas del John Innes Centre, de Norwich, instituto puntero británico en ese sector, dijo estar entristecida por la “desinformación” que sufre el príncipe sobre los cultivos biológicos. “Ataca los cultivos transgénicos, la urbanización, la globalización e incluso las plantas híbridas. Está atizando el miedo en lugar de contribuir a un debate razonable”, dijo Smith.

La científica, citada por el diario “The Times”, calificó de absurdo que el primogénito de Isabel II vinculase los transgénicos al cambio climático porque el problema es muy anterior. “Los cultivos transgénicos no son responsables del cambio climático, de la industrialización de la agricultura, del crecimiento de las conurbaciones disfuncionales, de la salinización de Australia y otros delitos de los que el Príncipe parece acusarlos”, agregó Smith.

Ian Denholm, del Rothamsted Research Institute, afirmó, por su parte, que los cultivos prometen en cambio soluciones para muchos de los problemas denunciados por el príncipe Calos. Julian Little, presidente del Consejo de la Biotecnología Agrícola, grupo que representa a la industria, dijo que el Príncipe sólo defendía sus intereses. “El Príncipe es un agricultor orgánico y le interesa que funcione ese tipo de agricultura. Pero hay otros millones de agricultores que quieren producir alimentos de alta calidad y asequibles, y que necesitan todas las herramientas disponibles”, dijo Little.

Algunos diputados han acusado a Carlos de “ludita”, nombre de los obreros que destruyeron las máquinas al principio de la revolución industrial en Inglaterra, y de exponer a la hambruna a millones de africanos con sus trasnochados puntos de vista.  Por el contrario, Mike Childs, de la organización ecologista “Friends of the Earth”, defendió al Príncipe y afirmó que se han exagerado los potenciales beneficios de los cultivos transgénicos para combatir el hambre mundial. Childs dijo que Carlos de Inglaterra había “dado en el clavo” al denunciar “la falsa solución que presentan los cultivos transgénicos”. “Seguir adelante con esos cultivos y la agricultura industrializada sólo perjudicará a la gente y al medio ambiente en todo el mundo”, predijo el director de campañas de “Friends of the Earth”.

El heredero del trono no ha rehuido nunca la controversia y así ha suscitado también críticas y burlas de muchos arquitectos por sus ataques a la arquitectura de vanguardia, que, en su opinión, afea las ciudades.

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