La doctora Elena Cebadera Miranda ha defendido su tesis doctoral en la Facultad de Farmacia de la UCM sobre ‘Plantas modificadas genéticamente como vacunas comestibles: aspectos científicos y socioeconómicos’, un completo trabajo dirigido por la doctora Montaña Cámara Hurtado.  El tribunal, compuesto por la Dra. Carmen Díez Marqués, el Dr. José Ignacio Cubero; el Dr. Daniel Ramón, la Dra. Olga Sánchez Gil, y la Dra María Cortes Sánchez Mata, otorgó la calificación de sobresaliente cum laude al trabajo.

El trabajo destaca en sus conclusiones que existen abundantes ejemplos en los que se han diseñado plantas transgénicas para expresar proteínas que funcionan como vacunas al generar resistencia frente a un agente infeccioso, con importantes ahorros en logística de producción, almacenamiento y distribución hasta los pacientes.

Dependiendo del cultivo elegido, la vacuna se puede obtener en tejidos foliares, semillas u órganos comestibles, dirigiendo las proteínas hacia órganos celulares que limiten su degradación y faciliten altas concentraciones de la vacuna. Las plantas transgénicas desarrolladas han funcionado como vacunas eficaces frente al virus de la hepatitis B, la gastoenteritis vírica Norwalk, la enteritis bacteriana por E. coli, o frente al cólera.

Las nuevas plantas transgénicas diseñadas para producir vacunas comestibles están sujetas a la regulación de medicamentos, así como a la compleja y rigurosa regulación de plantas transgénicas.

La doctora Elena Cebadera concluye que la aceptación final de las vacunas comestibles vendrá condicionada por el trinomio percepción de riesgo/beneficio/factor geográfico, con datos que permiten avanzar mejor aceptación que para los alimentos transgénicos. Las plantas transgénicas como vacunas comestibles ofrecen una alternativa a los países en vías de desarrollo para conseguir de una forma económica y accesible a toda la población una inmunidad frente a problemas de gran importancia tanto económica como sanitaria.

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