La Asociación Europea de Bioindustrias (EuropaBio) ha lanzado un nuevo vídeo didáctico sobre las barreras burocráticas a las que se enfrenta la biotecnología agraria en la Unión Europea.

La mejora genética de plantas es una tecnología con sello europeo que nació en los años 80 y que, pese a su impulso inicial en territorio comunitario, se ha ido expandiendo por todo el mundo mientras la Unión Europea se ha ido mostrando cada vez más reticente a apostar por esta tecnología.

Nacida en Europa, la biotecnología agraria demostró desde su nacimiento que era segura para el medio ambiente, el ser humano y los animales. Una tecnología con grandes beneficios para la agricultura consiguiendo optimizar la rentabilidad de las tierras practicando una agricultura más respetuosa con el entorno.

Esta tecnología se ha ido expandiendo vertiginosamente por el mundo hasta alcanzar los 160 millones de hectáreas en 2011 sembradas por 16,7 millones de agricultores en 29 países. De éstos 19 pertenecían a países en vías de desarrollo. Mientras, la Unión Europea permanece en el vagón de cola en la apuesta por esta tecnología.

Actualmente la Unión Europea cuenta con uno de los procesos de autorización de transgénicos más largo y lento de todo el mundo. Esto está haciendo que la actividad agraria sea cada vez menos competitiva sin que los agricultores puedan usar las mismas herramientas que están usando sus competidores.

Mientras los políticos europeos impiden a sus agricultores cultivar transgénicos permiten la importación de estas producciones procedentes de otros países, impulsando así una fuerte desigualdad que está acabando con la agricultura europea y está haciendo que seamos cada vez más dependientes de la producción exterior.

En este vídeo de EuropaBo se hace un completo análisis de esta situación y de cómo la Unión Europea se ha ido quedando atrás en la carrera agraria y alimentaria pese a haber sido la inventora de la biotecnología agraria.

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