Clavel violeta de la empresa australiana Florigene, que comercializará la variedad azulLa Comisión Europea (CE) ha aprobado un clavel azul mejorado genéticamente para su uso ornamental. La opinión adoptada por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha concluido que no es probable que estos claveles causen efectos adversos sobre la salud humana y animal, o sobre el medio ambiente, derivado del uso ornamental para el que ha sido aprobado. Asimismo, la EFSA ha señalado que el plan de seguimiento que se va a realizar sobre estos claveles es acorde con el fin para el que se han aprobado.

Este clavel azul, denominado Florigene Moonlite, ha sido modificado mediante técnicas de ingeniería genética para florecer con esta tonalidad, derivada de la especie Dianthus caryophyllus y transformada gracias a la bacteria Agrobacterium tumefaciens. El clavel es una planta de reconocido empleo decorativo que florece habitualmente en primavera y verano, que exige mucho sol, buena tierra y abundante riego para su desarrollo.

El empleo de la biotecnología para mejorar las cualidades de las plantas ornamentales es una de las grandes apuestas científicas de cara al futuro, y de las que cuentan con mayor apoyo de la opinión pública en el ámbito de la mejora genética. Diversas investigaciones se desarrollan actualmente para conseguir flores más aromáticas, o que presenten el aroma de otras flores, o un color diferente al suyo original. Así, por ejemplo, un equipo de científicos de la Universidad Hebrea de Jesuralén ha logrado aislar y descifrar la composición de los genes y proteínas que operan en la producción de fragancia de rosas y claveles.

El grupo de investigadores, que lidera el profesor Alexander Vainstein, ha recurrido a las técnicas de la ingeniería genética para modificar la producción de aroma de estas dos especies e insertarlo en otras flores de olor menos intenso. Gracias a este trabajo científico, las petunias y los claveles podrán desprender perfumes más intensos. “Esto significa que la petunia produce ahora componentes aromáticos encontrados normalmente en las rosas. No es que ahora las petunias huelan a rosas, sino que ofrecen un aroma mucho más intenso que antes”, explica el responsable del equipo.

Otras investigaciones se decantan por el estudio de la arquitectura de la planta, su desarrollo y floración. Así, desde la Universidad de Purdue (Estados Unidos) se han desarrollado estudios que permiten el diseño de plantas para la obtención de biocombustibles y ornamentales con características especiales, como por ejemplo, un número mayor de flores. El origen de estas posibles aplicaciones es el descubrimiento de dos tipos de proteínas de plantas que se ocupan del transporte de una hormona del crecimiento, denominada oxina.

Más información:

http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/site/en/oj/2007/l_138/l_13820070530en00500052.pdf

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