La revista Food and Chemical Toxicology publicaba ayer un estudio dirigido por el francés Gilles-Eric Seralini en el que relacionaban riesgos de salud en ratas por  el consumo de maíz transgénico. Los resultados del estudio ya han sido cuestionados por la comunidad científica que desconfía de su veracidad. El científico francés ha realizado estudios en el pasado en el que también se alertaba de estos riesgos, estudios que fueron rechazados por la comunidad científica por no aportar evidencias científicas.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) publicó en junio de 2009 su último informe sobre la seguridad del maíz estudiado por Seralini concluyendo que “es tan seguro en efectos sobre la salud humana y animal y el medio ambiente como el maíz convencional”. La EFSA ha repetido estos estudios hasta tres veces (la última en septiembre de 2011) sin encontrar riesgo alguno.

Según recoge el diario El País, Maurice Moloney, del Instituto de Investigación Rothamsted, ha afirmado que para tratarse de un estudio “con un hallazgo potencialmente tan importante, habría sido más satisfactorio haber visto algo con un análisis estadístico más convencional”. El investigador describe fallos metodológicos y destaca que el animal escogido tiene gran tendencia a presentar tumores en cualquier circunstancia.

El investigador José Antonio López Guerrero, Doctor en Biología Molecular y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, afirma que “el trabajo parece muy sesgado” y que “sería deseable que se repitiera con controles mejores y en más número”. Según explica el científico, con “los controles del artículo no se pasaría un análisis estadístico serio. Parece que todo estaba diseñado para dar estos resultados.”

David Spiegelhalter, científico de la Universidad de Cambridge, ha afirmado que “no estoy dispuesto a aceptar estos resultados a no ser que se repliquen [que otros grupos científicos los repitan] de manera apropiada”. En países como Estados Unidos se lleva más de 20 años consumiendo transgénicos sin que se haya detectado ningún efecto adverso.

LA LUCHA FRANCESA CONTRA LOS TRANSGÉNICOS

Gilles-Eric Seralini se ha convertido en los últimos años en uno de los personajes más activos en Francia en la lucha contra los transgénicos en un país que sigue actuando contra la legislación europea y contra las evidencias científicas prohibiendo el cultivo de transgénicos dentro de sus fronteras.

El pasado mes de mayo la Comisión Europea anunció que está estudiando acciones contra la decisión de Francia de mantener la prohibición del cultivo de maíz modificado genéticamente. Esta decisión se produjo después de que la EFSA concluyera que Francia no ha aportado ninguna evidencia científicas que justifiquen esa medida.

El dictamen de la EFSA en el caso francés se suma a la declaración de noviembre de 2011 del Consejo de Estado francés, órgano consultivo supremo del gobierno, en el que catalogaba de ilegal la prohibición del cultivo de transgénicos impuesta en Francia en 2008. En septiembre de 2008 el Tribunal de Justicia Europeo (TJE) también catalogó esta restricción de ilícita.

Tras la publicación de este cuestionado estudio Francia ha vuelto a pedir la prohibición del cultivo de maíz modificado genéticamente acogiéndose a la cláusula de salvaguarda. La legislación europea establece que un Estado miembro únicamente puede prohibir el cultivo, consumo o comercialización de organismos modificados genéticamente cuando exista una situación real de riesgo para la salud humana o animal o para el medio ambiente.

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