En febrero de 2008, Francia suspendió en su territorio la siembra de maíces transgénicos con la modificación genética MON810, para protección frente a las plagas de taladros. Después de revisar las razones medioambientales esgrimidas por Francia para tomar esta decisión, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha emitido un informe científico, indicando que en la información aportada por Francia no hay ninguna evidencia científica, sobre riesgos a las personas, animales o el medio ambiente, que justifique la decisión de suspender el cultivo de estas variedades.

El empleo de las variedades MON810 es demandado por los agricultores, pues aumenta la eficiencia de la producción evitando tratamientos insecticidas contra estas plagas. El consumo de este tipo de maíz modificado genéticamente no fue cuestionado por Francia en su decisión de febrero y los datos experimentales y las estadísticas sanitarias de la Comisión Europea confirman que al prevenir los daños de estas plagas a las mazorcas, aumenta la calidad del grano en zonas con ataques de estas plagas al reducirse la contaminación del grano por las fumonisinas (micotoxinas) producidas por hongos que proliferan en las heridas de la planta.

Las variedades derivadas de MON810 se cultivan en España desde 2003, de acuerdo con Planes de Seguimiento presentados al Ministerio de Medio Ambiente, y Medio rural y Marino para verificar sus resultados. La superficie cultivada en 2008 ha alcanzado 79.269 ha y tampoco se han encontrado evidencias de riesgo para las personas, animales o el medio ambiente, por lo que se espera que los agricultores las puedan seguir cultivando para mejorar la eficiencia de sus producciones.

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