España es ejemplo europeo de coexistencia armoniosa de cultivos. Tras más de 15 años de convivencia entre cultivos convencionales, ecológicos y transgénicos en nuestro país no se ha registrado en los tribunales ni un solo caso de denuncia por problemas de coexistencia. Las buenas prácticas de los agricultores permiten realizar una actividad agrícola respetuosa con el vecino en la que el riesgo de polinización cruzada no supone ninguna barrera productiva. Para ayudar a optimizar las prácticas de coexistencia ha nacido GIMI, un programa capaz de estimar contenidos de organismos modificados genéticamente en el maíz. La herramienta ha sido creada por Enric Melé y colaboradores y lanza ahora su segunda versión.
Usando un análisis simple basado en datos experimentales, GIMI 2.0 describe cualitativamente la influencia de campos genéticamente modificados en los convencionales cercanos. Un sistema innovador que permite prever la respuesta del polen del maíz ante cambios externos como la fecha de floración o la velocidad del viento en la zona de cultivo. Esta herramienta permite la visualización de los efectos de estos factores específicos y la estimación de sus presencia.
Con una interfaz fácil de usar, GIMI 2.0 permite dibujar directamente los campos de interés. Para el trazo de los campos se puede recurrir a Google Maps o a los planos de registro de la propiedad, entre otras opciones. Para una mayor precisión la aplicación requiere que se introduzcan las coordenadas geográficas y los datos de extensión. Todos los datos que ofrecerá esta herramienta pueden ser descargados en el ordenador del usuario.
Con el propósito de hacer accesible esta herramienta a todos los usuarios interesados existe una versión online de libre acceso de GIMI 2.0. El prototipo puede ser usado en este enlace. El equipo que ha desarrollado dicha aplicación se encuentra actualmente trabajando en versiones mejoradas en las que abarcar más factores. Más información en este enlace.
[…] FUENTE: fundacion-antama.org […]