Investigadores de la Universidad de Rutgers (Estados Unidos) han informado de que las plantas injertadas intercambian las mitocondrias, la potencia de las células que contienen sus propios genomas. Además, cuando todas las mitocondrias de una planta entran en las células de otra, combinan su ADN con el de las mitocondrias existentes. Estos hallazgos, publicados recientemente en PNAS, demuestran que los agricultores de todo el mundo que injertan plantas han estado haciendo ingeniería genética no intencional.

Los científicos injertaron una especie de tabaco en otra. Una de ellas tenía una mutación en las mitocondrias que la inhibía el desarrollo normal de partes de la flor masculina. Después los investigadores extrajeron porciones de la planta estéril-masculina y cultivaron plantas enteras a partir de las mismas. Algunas de estas plantas produjeron flores con partes masculinas normales, lo que demuestra la transferencia mitocondrial exitosa entre las dos especies.

También se encontró que el intercambio de genomas ocurría en áreas cercanas al injerto, pero generalmente se forman nuevos brotes en esta región. Estos nuevos brotes crecen en nuevas plantas con genomas mixtos. Esta investigación respalda la realizada por un equipo de investigadores europeos a principios de 2016 que evidenciaba que las plantas injertadas compartían información genética.

[FUENTE: PNAS + New Scientist]

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