La polémica decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sobre las nuevas técnicas de edición genética sigue dando de qué hablar. Recordemos que la decisión, tomada el 25 de julio de 2018, afirmaba que “los organismos obtenidos mediante mutagénesis constituyen un organismo modificado genéticamente (OMG) y están sujetos a las obligaciones establecidas en la Directiva sobre los OMGs”. Una decisión que podría bloquear su desarrollo en el ámbito comunitario y que va en contra de la opinión del Abogado General de la Corte de Justicia de la Unión Europea, Michal Bobek, que afirmó que los organismos obtenidos mediante mutagénesis debían estar exentos de las obligaciones normativas sobre OMGs.

Han sido muchas las voces que han rechazado esta decisión. 85 centros e instituciones europeos de investigación hicieron un llamamiento urgente a los políticos europeos mostrando su preocupación por la decisión del TJUE que podría llevar a una prohibición de facto de las técnicas CRISPR. Llamamiento que se sumó a la petición de más de 60 organizaciones científicas demandando una iniciativa para que Europa esté a la vanguardia en edición genómica.

El grupo de asesoramiento científico y tecnológico de la Comisión Europea, el Scientific Advice Mechanism (SAM), también publicó una declaración en la que recomendaba que se revisara la actual Directiva de OMGs para que refleje los los últimos conocimientos y para que se base en la evidencia científica, concretamente al hablar de edición genética y de las técnicas para la modificación de genes. También el Consejo de Bioeconomía alemán, órgano científico formado por 17 expertos en bioeconomía que asesora al Gobierno Federal, demandó una nueva legislación europea sobre las tecnologías de edición génica.

ENCUESTA ALEMANA

De acuerdo con una nueva encuesta a nivel comunitario, los investigadores de plantas europeos están preocupados por la interpretación del TJUE. Realizada por la plataforma alemana WGG (Wissenschaftlerkreis Grüne Gentechnik), la encuesta concluye que el 74% de los investigadores europeos encuestados creen que la decisión del TJUE tendrá un impacto negativo en la financiación pública y privada en el campo de los nuevos métodos de mejoramiento genético. Hay que recordar que la evaluación de seguridad de los OMGs y su autorización en la Unión Europea cuesta entre 5 y 20 veces más que en los Estados Unidos. Regular las nuevas técnicas de edición genética bajo la misma normativa que los OMGs implicaría una prohibición de facto de estas técnicas.

La encuesta refleja que los investigadores no están dispuestos a realizar ensayos de campo con cultivos editados genéticamente etiquetados como OMGs porque temen que los activistas anti-transgénicos destruyan el campo. “Queríamos saber qué piensan los investigadores sobre el fallo del TJUE. Así, llevamos a cabo las primeras encuestas sobre el tema, uno en Alemania y otro en los estados miembros de la Unión Europea”, explica Klaus-Dieter Jany, miembro de la Junta del WGG. “Nuestros resultados indican que la investigación y la creación de valor en el campo de la edición genómica se bloquearán en Europa mediante la aplicación de las normas europeas de OMGs”, matizó.

Según explica Jany, la mutagénesis dirigida puede contribuir a la rápida reproducción de cultivos necesarios, capaces de ayudar a mitigar los efectos del cambio climático y ofrecer más alimentos a una población en constante crecimiento.

[FUENTE: European Biotechnology]

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