El experto Albert Sasson (Presidente de la Asociación BioEuroLatina) ha reconocido en el Simposio Internacional ‘Biotecnología contra el Hambre’ organizado por la Fundación Ramón ARECES que “el mundo necesita de forma urgente una segunda revolución verde” para acabar con la pobreza. Una revolución que, según explicó, ha de valerse la biotecnología agraria ya que es una de las herramientas clave para asegurar el alimento a toda la población del planeta.

A día de hoy hay más de millones de hambrientos en un mundo de siete mil millones de habitantes. En los países desarrollados una media del 20% de los ingresos se destinan a alimentación, mientras que en los países en vías de desarrollo esta cifra asciende hasta el 60%. Esta delicada situación se ha visto agravada en los últimos años con la subida de los precios de los alimentos.

“La era de la comida barata se acabó. Cada día vamos a tener precios más elevados en los alimentos a consecuencia de: los efectos del cambio climático en la agricultura que incrementa las pérdidas; las limitaciones productivas agrarias; y el auge del precio del petróleo que encarece la actividad agrícola y el transporte de su producción”, explica Sasson.

Desde su punto de vista, para hacer frente a esta crítica situación se necesita apostar, además de por una buena agronomía, por la biotecnología. “Hay quien dice que el problema no es productivo si no de distribución. Es cierto que hay un problema de distribución, pero no se acaba con él logrando que los países desarrollados coman menos, la única solución es producir más y mejor”, explicaba.

Sasson resalta que a través de los cultivos transgénicos permiten a los pequeños agricultores una agricultura económicamente y medioambientalmente más sostenible. Gracias a la biotecnología agraria se optimizan los rendimientos de los cultivos, se reduce el uso de químicos y las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, y se realiza un uso más responsable del agua, entre otros factores.

“Decir que no a los transgénicos tiene un coste, y no vale de nada arrepentirse dentro de unos años por no haber apostado por esta tecnología a tiempo”, concluyó Sasson.

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