Africa vista pajaroLa bióloga molecular sudafricana, Jennifer Thomson, analiza en un artículo de The Conversation la razón por la que la adopción de los cultivos transgénicos en África está siendo mucho más lenta que en otras partes del planeta. Entre las razones que apunta la experta está el juego político que mantiene la Unión europea en torno a los cultivos transgénicos, frenándoles a la hora de tomar decisiones que puedan afectar al comercio con otros países. A esto hay que sumarle razones políticas y económicas que han hecho más lento el avance de una tecnología por la que ya apuestan 18 millones de agricultores en todo el mundo.

Hagamos un breve escáner de la situación de los OMGs en África. Sudáfrica comenzó a sembrar cultivos transgénicos en 2000, con una presencia importante a día de hoy de maíz, soja y algodón. Burkina Faso empezó a sembrar algodón Bt en 2007, alcanzando el 73% del total del algodón sembrado en 2014. Sudán ha sido el último país africano en apostar por los cultivos biotecnológicos y lo hizo en 2012. Ningún otro país del continente ha apostado por ellos desde entonces.

“La actitud negativa existente en la Unión Europea en torno a los cultivos transgénicos, donde se importan los cultivos transgénicos como la soja para la alimentación animal pero no permiten a sus propios agricultores sembrarla, ha tenido una fuerte influencia en los políticos africanos (…) los temores sobre el impacto que tendría (el cultivo de transgénicos) en el comercio con otros países, especialmente dentro de la Unión Europa, donde varios países han prohibido su cultivo””, reconoce Jennifer Thomson.

En el artículo, la experta aborda la situación de los cultivos transgénicos en África, las características de las principales variedades biotecnológicas que se cultivan actualmente en el continente y sus beneficios. “Los beneficios documentados para los agricultores de Burkina Faso incluyen un aumento del rendimiento del 20% en comparación con el algodón convencional, una reducción del uso de pesticidas de alrededor del 67%, incrementando los beneficios hasta los 64 dólares por hectárea (un aumento del 51% en los niveles de ingresos anteriores)”, concluye.

[FUENTE: The Conversation]

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