Investigadores estadounidenses de Penn State, Virginia Tech y la Universidad de Kennesaw, han descubierto que las plantas parásitas roban genes de la planta en la que se hospedan y los usan para absorber eficientemente los nutrientes de su anfitrión. El estudio se centró en el forraje de plantas parásitas, descubriendo que éstas son capaces de robar una gran cantidad de material genético de sus plantas huésped, incluidos más de cien genes funcionales. Estos genes facilitan la unión entre ambas plantas y su capacidad para extraer nutrientes.

Las plantas parásitas no pueden vivir independientemente a través de la fotosíntesis. Acceden al suministro de agua y nutrientes con la planta huésped a través de estructuras llamadas haustorios. Las plantas parásitas envuelven la planta huésped y crecen en su tejido vascular. Sus huéspedes habituales incluyen plantas silvestres, así como cultivos agrícolas y hortícolas.

Los investigadores identificaron 108 genes que se habían incluido en el genoma de la planta parásita modelo, conseguido a través de la transferencia horizontal de genes. Los genes parecen ser funcionales en el parásito, ayudando a la estructura de los haustorios, las respuestas de defensa y el metabolismo de los aminoácidos. Uno de los genes robados produce micro ARN que se devuelven a la planta huésped, que funcionan como un arma genética para eliminar los genes de defensa del huésped. 

Según Claude dePamphilis, profesor de biología en Penn State y autor principal del estudio, los resultados “presentan el caso más dramático conocido de transferencia de genes horizontal funcional que se haya encontrado en organismos complejos”. Los investigadores aún están estudiando cómo se mueve el material genético del huésped al parásito para determinar si es un proceso unidireccional o si el huésped también puede adquirir genes de su parásito.

Más información en la web de Penn State Eberly College of Science y el artículo completo en la revista Nature Plants.

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