Investigadores chilenos han desarrollado súper vegetales a través de bacterias antárticas. Para ello han estudiado la genética de plantas capaces de sobrevivir a las inclemencias de la zona antártica, para después conferir esas características únicas de desarrollo y tolerancia ambiental a frutales y hortalizas. Los científicos pertenecen al Núcleo Milenio Centro de Ecología Molecular y Aplicaciones Evolutivas en Agroecosistemas (CEM) y del Instituto de Ciencias Biológicas de la Universidad de Talca.

Así han desarrollado arándanos capaces de soportar potentes heladas en invierno, verduras que toleran suelos salinos, o verduras que crecen de manera normal en situaciones de estrés hídrico o sequía. Marco Molina-Montenegro, Investigador del CEM y académico del Instituto de Ciencias Biológicas, afirma que su trabajo “es utilizar a la Antártica como un laboratorio natural. Allí, con estudiantes de pre y postgrado, extraemos biorecursos como hongos y bacterias, buscándoles una aplicación. Aquí vemos que con la inoculación de estos microorganismos se les confiere tolerancia”.

Por otra parte, existen otras plantas que al inocularlas con microorganismos generan una simbiosis lo cual permitiría abastecerlas con agua levemente desalinizada para que puedan desarrollarse normalmente. El último trabajo publicado por el docente consiste en inocular plantas de lechugas con hongos antárticos. De esta manera profundiza en los mecanismos moleculares que inducen estos sobre las plantas. Esta simbiosis permitió un ahorro del 20% de agua para la obtención de individuos comerciales, lo que implica disminución de costos para agricultura que, si se considera en cultivos de cientos de hectáreas, constituye una alta eficiencia.

[FUENTE: ChileBio]

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