La patata es a día de hoy el tercer alimento más consumido a nivel mundial, pero su cultivo está viéndose dificultado en los últimos años por el impacto negativo del cambio climático. La patata se está viendo sometida a temperaturas extremas y a cambios en la distribución de plagas y enfermedades, lo que está dificultando su cultivo.

Para hacer frente a este reto, se ha puesto en marcha un proyecto internacional para el desarrollo de patatas que se adapten al cambio climático. Bajo el nombre de CLIPAPA, un equipo internacional de investigadores evaluará la resistencia de las distintas especies de patata y se estudiarán distintos cruzamientos para seleccionar aquellos cuyo genoma tenga mejores características.

Según recoge ChileBio, el proyecto está liderado por el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario Neiker-Tecnalia y en él participan instituciones científicas de siete países: España, Argentina, Ecuador, Bolivia, Perú, Costa Rica y Uruguay.

El proyecto busca también introducir nuevos genes de resistencia en distintas variedades, buscando, entre otras cosas, desarrollar variedades resistentes al Tizón Tardío, plaga que también se está viendo alterada por el cambio climático.

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