El doctor Carlos Borroto, vicedirector del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de La Habana, defendió el buen uso de esta tecnología y aseguró que el objetivo al trabajar en este tipo de cultivos es garantizar la seguridad alimentaria de la población

Un maíz genéticamente modificado desarrollado por científicos cubanos se encuentra en fase de ensayos de campo en áreas de cinco provincias y sometido a rigurosos estudios ecotoxicológicos y otros relacionados con la seguridad alimentaria, se conoció en el Congreso Biotecnología Habana 2008.

El doctor Carlos Borroto, vicedirector del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de La Habana, aseguró que el objetivo fundamental del país al trabajar en el desarrollo de cultivos transgénicos es garantizar la seguridad alimentaria de la población.

Defendemos el buen uso de esta tecnología, dijo Borroto a la prensa y destacó que Cuba cuenta con científicos del más alto nivel en el mundo en esta materia, con  equipamiento para hacer biotecnología moderna, órganos regulatorios fuertes para garantizar la seguridad del uso de estos y una enorme voluntad política de apoyo.

El proyecto cubano surgió en el año 2000 y su objetivo es el desarrollo de un maíz resistente a la principal plaga para esta gramínea en la Isla, el insecto palomilla,  y a un determinado tipo de herbicida. En él trabajan, desde sus inicios, un equipo de la división de plantas del CIGB y especialistas del Instituto de Investigaciones Hortícolas Liliana Dimitrova.

Según información expuesta en la sala de carteles del Congreso, los satisfactorios resultados de los experimentos en cada una de las fases por las que ha transitado dicho ensayo, han permitido su avance a la escala siguiente, que es su extensión actual a áreas de una hectárea en agroecosistemas de las provincias de La Habana, Santa Clara, Ciego de Avila, Camagüey y Santiago de Cuba.

El cultivo continúa sometido a rigurosos estudios para demostrar su seguridad, los cuales se espera que puedan culminar para el próximo año, expresó Borroto.

Interrogado por Granma Internacional sobre la decisión cubana de desarrollar un maíz transgénico, el doctor Clive James, fundador y presidente del Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agrobiotecnológicas (ISAAA), consideró muy favorable la elección de dicha gramínea, que el país importa en grandes cantidades y que pudiera ayudar a resolver problemas de alimentación de la población, apuntó.

El renombrado científico afirmó también que la mayor de las Antillas cuenta con instituciones científicas y personal calificado para asumir el desarrollo de los cultivos transgénicos.

En conferencia magistral en el Congreso de La Habana, el doctor James destacó las potencialidades de la biotecnología para contribuir a la solución del hambre en un mundo cuya población —70% de la cual es rural y pobre— no sólo continúa creciendo sino también, y de forma significativa, los precios del arroz, el trigo y el maíz, alimentos esenciales en la dieta de muchas naciones.

El fundador de la ISAAA exhortó a compartir conocimientos y experiencias y abogó por buscar estrategias internacionales para desarrollar estas tecnologías en beneficio de la humanidad, o sea, para aumentar la producción y hacerla sustentable, pero sin dejar de medir y controlar su impacto en el medioambiente para proteger la biodiversidad.

Si trabajamos juntos ganaremos y sobreviviremos, dijo el científico y señaló que el pasado año 23 países en el mundo estaban aplicando la biotecnología a la agricultura, para cultivar, principalmente, soya, algodón, maíz y cánola, pero que esa cifra podría aproximarse a 40 para el 2015.

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