China interior
El abastecimiento alimenticio de ciudades como Hong Kong es cada vez más difícil. El crecimiento poblacional sigue siendo mayor que el incremento productivo.

El ministerio de Agricultura Chino ha aprobado el cultivo de variedades de arroz y maíz modificadas genéticamente (MG) para incrementar el rendimiento que, según los expertos, podrían evitar las penurias alimenticias en el país más poblado del planeta. Según recoge la agencia AFP, el gobierno ha dado autorizaciones de producción de esos cereales para conseguir un alto rendimiento y que sean resistentes a los insectos, abriendo así la vía para su comercialización.

Esta decisión es “un importante resultado de las investigaciones de China sobre las tecnologías de ingeniería genética”, declaró el ministerio en un comunicado dirigido la agencia. “Son buenas bases para una producción comercial”. No obstante, se necesitarán autorizaciones suplementarias antes de que el arroz y el maíz genéticamente modificados sean verdaderamente cultivados con fines comerciales.

China es el primer productor de arroz en el mundo (un 30% de la producción mundial) y produce 20% del maíz del planeta, según el departamento estadounidense de la Agricultura. Pero es también el primer consumidor de arroz, por lo que exporta muy poco.

China produce el 20% del maíz del planeta
China produce el 20% del maíz del planeta

La tecnología validada por el ministerio de la Agricultura podría aumentar las cosechas en más o menos un 30%, estimó Huang. China es ya un importante productor de algodón genéticamente modificado e incluso de frutas como los tomates, o de bayas como la pimienta.

Pekín, enfrentado a la responsabilidad de alimentar a una población de 1.300 millones de habitantes cuando las tierras cultivables representan menos de una séptima parte de su territorio, había anunciado en julio de 2008 su intención de iniciar la cultura de cereales con mejor rendimiento y más resistentes.

El Gobierno también había aprobado un plan para llevar la producción de cereales por encima de los 500 millones de toneladas por año antes de 2010, y luego alcanzar una producción de 540 millones de toneladas anuales durante la década siguiente.

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