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El profesor de la Universidad Politécnica de Valencia y Permio Nacional Juan de la Cierva de Investigación, Daniel Ramón Vidal, abrió la jornada de hoy con un impecable análisis de presente y futuro sobre los organismos modificados genéticamente (OMGs) y la dificultad de trasladar a la sociedad las ventajas de su uso. “La sociedad no está preparada para la ingeniería genética porque no se les ha informado debidamente, y el consumidor tiene derecho y debe estar perfectamente informado sobre esta tecnología”, afirmó.

En este contexto quiso resaltar que la mejora genética se lleva realizando desde los orígenes de la agricultura “sin que el agricultor lo supiera”,  la única diferencia es que ahora “ya no se hacen las cosas al azar, lo que lo hace mucho más seguro”.

“Nunca hemos tenido tanto control sobre lo que estamos modificando como ahora con los transgénicos, es algo maravilloso que abre muchas posibilidades. Nunca ha habido ninguna técnica agroalimentaria que se haya impuesto a nivel mundial como lo han hecho los cultivos modificados genéticamente”, matizó.

Tecnología de presente y futuro

Haciendo un análisis desde los comienzos de esta tecnología, Ramón Vidal distinguió entre dos generaciones claramente diferenciadas. La primera, en la que nos encontramos, es en la que se está apostando por variedades resistentes a herbicidas o a ataques de insectos, una etapa en la que los beneficiados son los propios agricultores.

La segunda generación, que llegará previsiblemente en 2011, se caracterizará por las variedades mejoradas en su composición nutricional y que beneficiará directamente a la sociedad. Quiso resaltar el caso del arroz dorado, variedad con altos niveles de vitamina A “que ayudará a reducir la cifra de casi dos millones de personas que mueren al año en el mundo por la ausencia de esta vitamina” y cuya alimentación se basa exclusivamente en el arroz.

Panorama europeo

Pese a que a día de hoy más de la mitad de la superficie cultivada de OMGs esté en Estados Unidos, cada vez son más los países pobres que apuestan por esta tecnología, superando en 2008 a los países ricos que vienen apostando por ella desde su aparición.

Mientras, Europa “ha pasado de ser líder en exportación de investigación biotecnológica a importadora de la misma, y ha convertido el debate sobre los OMGs en una batalla meramente política” introduciendo informaciones faltas que desorientan a la sociedad, resaltó.

“No existe ningún problema en expresar un gen animal en un vegetal. Cuando comemos cualquier alimento, ecológico, convencional o modificado, ingerimos genes” sin riesgo alguno para la salud humana, explicó. Además, quiso recalcar que “no hay ni un solo cultivo en el planeta con la tecnología terminator, esa idea es completamente mentira”.

“Europa está cometiendo un grave error cerrando los ojos a una tecnología que se extiende cada día más en todo el mundo”, matizó.

Debate técnico y no político

Para concluir quiso apostar por un “debate estrictamente técnico” dejando de lado los intereses políticos. “Ningún extremo es bueno, ni la biotecnología va a acabar con el hambre en el mundo ni son productos peligrosos para la salud humana”, afirmó.

“Lo que sí está claro es que nunca ha habido otro alimento en la historia que hayan sido evaluados como lo están haciendo con los OMGs”, garantía de su seguridad. “Los agricultores son de todo menos tontos, si los cultivos modificados genéticamente no funcionaran esta tecnología habría desaparecido hace muchos años”, concluyó.

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